Yo creo que el secreto está en la disciplina. Y descubro que a la base de muchas actividades humanas se encuentra la capacidad de controlar nuestros pensamientos y comportamientos. Y si desde chicos nos educamos en el autocontrol, tendríamos, no solo una cultura mejor, sino unas generaciones de seres humanos más competentes y productivos.
Para la muestra este botón, que nos enseña el poder de la concentración y el trabajo dedicado, de quienes saben aprovechar el potencial de los jóvenes. Ya que no solo se trata de niños talentosos, sino también de maestros especiales que saben cómo lograr procesos educativos, que valgan la pena.
En el fondo, la idea es ponderar el valor de nuestros talentos, que bien canalizados pueden hacernos cambiar nuestra perspectiva del mundo. Pues, en vez de quejarnos tanto, podríamos enfocar todos nuestros esfuerzos en lograr la transformación de nuestras realidades.
Vinimos a la tierra para hacer cosas grandes.Y para ello es fundamental reconocer que los seres humanos tenemos mucho para dar; demasiado por hacer y sobre todo, metas por alcanzar.
Y si no es ahora, ¿cuándo?
Definitivamente, yo creo que es cuestión de disciplina y por supuesto de método.