Yo creo que la vida adquiere sentido cuando podemos vivirla a través de la muerte. Es decir, sólo cuando se tiene la certeza del final, es posible tomar conciencia de la vida misma. Como cuando sabemos el tiempo de duración de un paseo, que se acaba a determinada hora, entonces vivimos intensamente los últimos minutos, porque hay que aprovecharlos.
El recorrido, es la disculpa para vivir…esperando la muerte. Al fin y al cabo la muerte no es lo importante, sino la vida mientras muero. Entonces el trayecto se hace interesante y enriquecedor si tengo la capacidad de tomar conciencia de cada elemento del camino.
Una vida plenamente vivida, está llena de experiencias de todo tipo y lo más importante consciente de los aprendizajes posibles.
Para ser testigos de un terremoto, luego de un tsunami y del colapso de un reactor nuclear y seguir vivos, la vida cambia básicamente desde la perspectiva de cómo la vivimos.
Por esto es por lo que recuerdo al poeta griego Constantino Cavafis y su clásico Ítaca que nos recuerda que lo importante no es el destino, sino el camino.
Ítaca
Constantino Cavafis
si tu alma no los coloca ante ti.
cuántos más perfumes sensuales puedas.
Ve a ciudades de Egipto, a muchas,
aprende y aprende de los instruidos.
comprenderás ya qué significan las Ítacas.