Educar es preparar hijos para el futuro

Yo creo que educar es preparar hijos para el futuro. Y como padres, nuestro sagrado encargo, es acompañarlos hasta que estén en capacidad de seguir su propio camino. Mientras tanto nos preguntamos ¿cómo hacer ese acompañamiento en los tiempos actuales, si definitivamente no estamos preparados?

Sospecho que el secreto está en el manejo de la autoridad desde la ternura.

Algunos papás, a partir del temor, dirigen a sus hijos, desde los gritos y la violencia, sin pensar que precisamente esa actitud, muestra el propio pánico de los padres.

Además, siento obligatorio, el conocimiento de cómo son los jóvenes en la postmodernidad, pues obviamente,  son muy diferentes a la juventud que nosotros vivimos. Por lo tanto es un error decir: ” hijo, yo a tu edad…”, porque los signos de los tiempos han cambiado. 

Tenemos miedo de equivocarnos. Tenemos miedo de no ser buenos papás.  Realmente no existen buenos o malos padres, más bien existen hombres y mujeres quienes desde el amor, buscan formar hombres y mujeres de bien para el mañana, pero debemos reconocer, con humildad que nos falta mucho por hacer como constructores del futuro.

A propósito de los nuevos psicólogos…

Creo en las nuevas generaciones de psicólogos que toman en serio la formación. Sin embargo a veces dudo de los motivos por los cuales algunos, deciden ser psicólogos, como si fuera un refugio mágico y preferido por lo fácil o poco complicado de los estudios.

La psicología es una carrera compleja por la complejidad misma de sus contenidos y no es un lugar cómodo para cualquiera. Más bien incomoda, desinstala y cuestiona en forma permanente generando una especie de incertidumbre obligatoria para todo aquel que decide preguntarse por la conducta humana.

Y si la pregunta es por la propia persona, no es tan simple el asunto, como que todos mis interrogantes se van a resolver leyendo algunos documentos sesudos y profundos y en algunos casos especulativos.

La psicología va más allá del deseo de ayudar a mis semejantes, heróico e imposible acto, sin pasar primero por la experiencia del espejo…que me cuestiona y me hace estremecer.

Qué difícil ser psicólogo sin estudiar, estudiar y estudiarme.

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