¿Cuál es tu prioridad?

family-3343740_960_720Yo creo que el problema no es la falta de tiempo, sino el manejo de la prioridad.

Desde el momento en que nacemos un reloj en retroceso, va marcando cada segundo de manera imperceptible. Los días y las horas se tornan significativos para los que practican el arte de priorizar, y por lo tanto los secretos del manejo del tiempo.

En estos días me encontré, en su oficina, con una persona con quien estoy organizando una actividad conjunta. Y me recibió con esta frase: – “Hola Juan, no te he llamado, porque no he tenido tiempo-. Comprendí que, en el fondo, decía que yo no era su prioridad.

Continué la conversación, dejando de lado mi profesión como psicólogo, para no leer entre líneas y de esta forma no alterar mi propia tranquilidad y le pregunté si había leído el correo electrónico que le envié y nuevamente respondió, -como te conté, no me ha quedado tiempo para leer correos”-. Me di cuenta de que era otra forma de decir, que no estaba en sus prioridades.

Si supieras, agregó, -no me alcanza el tiempo para nada-. Entonces finalmente concluí que le estaba dando prioridad a otros temas.

En este caso, así por donde se le mire, no es un problema de tiempo, sino de prioridad.

Son muchos los campos en donde puedo priorizar, teniendo en cuenta el manejo del tiempo, pero ¿cuál es el más importante? ¿El amor, la familia, la pareja, los negocios, el dinero, el placer, el estudio, la vida espiritual, el trabajo, los amigos, la apariencia, la fama, el cuerpo, la salud? Y creo que no terminaría de enumerar la variedad de aspectos en los que me puedo ocupar, focalizando mi interés.

Sin embargo, en este momento de mi vida, se que mi prioridad es mi familia.

En el sagrado arte de vivir, quisiera abarcarlos todos, dándoles la debida importancia que, por supuesto va cambiando, en cada etapa, con el paso de los años, mientras voy adquiriendo la sabiduría necesaria para saber priorizar.

Por eso valoro más el tiempo, pues cada vez me queda poco, cuando tomo conciencia de esta impresionante reflexión, que alguien me compartió hace pocos días, por redes sociales:

El valor de un año, lo entiende el estudiante que repitió un curso en el colegio. El valor de un mes, lo conoce la madre de un bebé prematuro. El valor de una semana es significativo para quien sabe que va a morir. Una hora, es muy valorada por los amantes. Un minuto, lo lamenta quien perdió el metro, corriendo hacia la estación. Un segundo, es muy importante para quien se salvó de morir, porque estuvo a punto de tener un fatal accidente. Y una milésima de segundo es fundamental para quien ganó la medalla de plata en una competencia contra reloj.

Yo creo que aún tengo tiempo, para hacerme estas dos preguntas fundamentales: ¿cuáles son mis prioridades en el tiempo? Y a ¿qué le estoy dando prioridad, ahora?