Yo creo que se necesita un desastre mundial para que tomemos cartas en el asunto.
En 1992, esta niña canadiense, frente a los delegados en la O.N.U., hizo una declaración conmovedora. Sin embargo, tantos años después seguimos lo mismo.
Nos hemos vuelto depredadores y nuestra forma de consumo ha dañado el equilibrio del planeta.
Mirando el futuro, encuentro un panorama desolador para las nuevas generaciones. Y es nuestra obligación hacer algo en el presente.
Creo que es posible vivir bien, sin necesidad de consumir y producir tanta basura. Y al mismo tiempo creo que nuestra labor inicia con nuestros hijos pequeños y el cambio en nuestro estilo de vida. Todo comienza en casa cuando enseñamos con el ejemplo.
Hoy el mundo habla de crisis. Y desde la psicología sabemos que es un problema de conducta, pensamiento y sobre todo, hábitos y estilos de vida.
Puede ser un aprendizaje interesante…caminar más y utilizar menos los automóviles. No solo por aquello de la contaminación, sino porque nos ahorramos dinero y mejoramos nuestra estado físico y al mismo tiempo, nos regalamos momentos de placer, para nosotros mismos.
Los ejemplos son muchos….
Definitivamente, todos somos resposables de nuestra casa… el planeta.