Yo creo que estoy pensando seriamente en no pensar.
Cada vez que pienso, sufro, como consecuencia de mi propia expectativa.
Esta semana estuvo llena de momentos difíciles, porque la enfermedad visitó nuevamente mi tienda.
Luego de un diagnóstico colectivo, un resfriado común que se complicó me tiró a la cama.
Entonces, dadas las circunstancias, la vulnerabilidad y el silencio prolongado, mientras pasan los síntomas, me obligo a silenciar la mente y los comentarios de los seres queridos que temen lo peor, cada vez que las amenazas llegan por cuenta de la salud. Hasta los mismos médicos “se preocuparon” debido a mis antecedentes.
Ahora bien, creo que pensar no trae beneficios, sobre todo si los protagonistas son los pensamientos catastróficos. Y lo aplico en todo, los negocios, el amor, la vida en pareja y los planes futuros.
Pensar, tiene su arte y su estrategia. Y el control mental se vuelve obligatorio para quienes, presos del pánico, vislumbran lo peor, en el tiempo por venir.
Controlar la mente es la tarea fundamental. La ansiedad se alimenta con el pensamiento desorbitado y la meditación ayuda a crear un silencio maravilloso y profundo que cesa cualquier preocupación futura.
¿Por qué se piensa lo peor?
Porque como no tengo el control de lo que pueda pasar, hago que pase anticipadamente en mi pensamiento precavido. Y las imágenes terribles desfilan libremente creando escenarios de miedo y dolor. Las defensas y las alarmas se activan esperando lo peor.
Sin embargo, he decidido que voy a esperar lo mejor. Porque la actitud ayuda y crea un campo de salud plena, entonces colabora en el proceso de sanación.
Pensar no sirve de nada… sino lleva a la acción. Al fin y al cabo, el Universo no premia al que piensa, sino al que hace.
Yo creo que tengo la capacidad de crear y de creer y en consecuencia me programo para crear salud y bienestar. Estoy pensando seriamente en no pensar de manera catastrófica, sino más bien en producir alegría, optimismo y salud, mientras guardo silencio, esperando que todo suceda, como debe suceder.