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La aprobación de la ley para darle más “dientes” a la Superintendencia de Salud, que se logró al finalizar las sesiones extraordinarias del Congreso la semana pasada, es un espaldarazo a la labor que realiza la entidad, en aras de proteger el derecho a la salud de los colombianos.
La iniciativa nació de las dificultades de la “super” para ejercer control y vigilancia. Por esto, Fabio Aristizábal, el hoy superintendente, y quien ayudó a diseñar el programa de gobierno en temas de salud del presidente Iván Duque, lideró la apuesta que, tras una semana, sigue dejando reacciones positivas en el sector, pues es vista como un camino para que los derechos de los ciudadanos prevalezcan a la hora de acceder a un servicio.
EL COLOMBIANO habló con Aristizábal sobre los “nuevos dientes” que tendrá la entidad, los retos que enfrenta para proteger la salud de los colombianos y en dónde enfocará su labor el próximo año.
- ¿Cómo encontró la entidad, tras cuatro meses de labores?
“Estaba como suspendida en el tiempo. Le hizo mucho daño la interinidad de Luis Fernando Cruz, no porque hubiese sido un mal funcionario, sino porque no tenía un norte claro. Era una Superintendencia subvalorada, con capacidad sancionatoria nula e incluso, en presupuesto, con un déficit de casi $9 mil millones”.
- En octubre pasado, la Fiscalía descubrió focos de corrupción en la entidad, tras una investigación conocida como “Operación Quirófano”. ¿Qué se ha hecho para enfrentar este fenómeno?
“Hay que aceptar que tenemos focos de corrupción en la Superintendencia y tenemos que corregir el rumbo, pero hay más funcionarios buenos que malos. Por eso estamos apoyados en la Procuraduría y la Contraloría, para que tengamos una entidad impecable, despolitizada, independiente y empoderada. Es una tarea dura, porque la Supersalud había sido usada para actos no propios y se permeó de esto, pero tengo que decirles que mientras esté, haré lo que pueda para acabar con la corrupción.
- ¿En materia de control a las EPS, cómo va la tarea?
“Tengo 22 EPS en medida especial, unas con términos perentorios, y ahora, la ley que nos da más dientes, que contó con mensaje de urgencia, y el respaldo de los senadores, nos permitirá velar de una mejor manera por la salud de los colombianos”.
- ¿De qué servirá tener más dientes a la hora de vigilar y sancionar?
“La Superintendencia podrá suspender el certificado de autorización, hacer cierres temporales o definitivos de uno o varios servicios y remover del cargo a los representantes legales, revisores fiscales y gerentes de EPS y demás entidades vigiladas. Lo que logramos es que las personas que comenten estos delitos y no manejan bien los recursos de la salud, se aparten del sistema”.
- Hay una polémica relacionada con una sanción, de $89 mil millones, contra la Superintendencia, interpuesta por un juez de Barranquilla, ¿cuál es la preocupación en ese sentido?
“Ese fallo es dramático, no solo para el sector, sino para Colombia, porque abre un boquete jurídico en contra de las entidades dedicadas a la vigilancia y control en todas las entidades del país”.
- ¿Y, de quedar en firme, qué representaría?
“Que cada que vayamos a intervenir una EPS, por ejemplo, que no cumpla con la autorizaciones, cirugías, pues todo lo que hagamos, se nos devolverá en demandas de los acreedores. Otro precedente es que se legitimarán las irregularidades del país, porque las EPS pensarán que no tienen que cumplir. Si la Superintendencia interviene, demandan y la Súper sería la que tendría que pagar. Ese mensaje le pone un freno al control del país”.
- ¿Qué se ha hecho entonces al quedar, como lo plantea, maniatado para cumplir con su labor?
“Las gestiones jurídicas que tenemos es una tutela contra el fallo del Tribunal, ante la Corte Suprema de Justicia, aduciendo que hay una violación al debido proceso. Interpondremos una queja en el Consejo Superior de la Judicatura y seguimos mirando que otras acciones podemos plantear, porque un juez de una jurisdicción ordinaria no podía estar condenando a la Superintendencia. Además de exótico, el fallo es absurdo. Ahora que me toca tomar decisiones trascendentales, con este fallo, pues uno piensa que será peor actuar que no hacerlo”.