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Como se esperaba, el Congreso de la República aprobó el proyecto de ley para erradicar el asbesto en Colombia y evitar que se produzcan elementos a base de este mineral, que es considerado como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La votación para aprobar el proyecto fue de 131 votos a favor contra cero en contra. La iniciativa se cumplirá desde el 2021.
Entre tanto, la votación para aprobar la ponencia en el último debate, que se dio durante la mañana de este martes en la Cámara de Representantes, fue contundente: 123 votos a favor de aprobarla y cero en contra.
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Esta es, sin duda, una buena noticia para la salud de los colombianos, dado que al año 60 personas mueren por causa de cáncer de mesotelioma, según datos suministrados por el Instituto Nacional de Cancerología de Colombia.
Ahora, de acuerdo con la nueva reglamentación, habrá un tiempo de transición de cinco años para que las industrias puedan reconvertirse y emplear otras materias primas, pues el proyecto incluye eliminar su producción, comercialización, exportación, importación y distribución de cualquiera de sus variedades. Sin embargo, hay que tener en cuenta que al proyecto pretendían modificarle el objetivo del proyecto de ley, y pretendían que se permitiera la exportación de este elemento incluso hasta por una década.
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El representante a la Cámara del Partido Liberal, Juan Carlos Lozada manifestó que, aunque “hubo intereses oscuros”, el Congreso logró demostrar que está comprometido con la salud de los colombianos. “Quisieron meterle la mano a este proyecto, industrias que quisieron empañar, enlodar este proyecto de ley e impedir que se prohibiera lo evidente”, manifestó el congresista, al destacar que en el país “vamos a tener que cambiar muchos hábitos en la producción de las cosas que se hacen en el mercado, el asbesto es uno, los plasticos de un solo uso es otro. Querían cambiar palabritas, pero no lo lograron”, agregó.
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Esta iniciativa tiene el nombre de Ana Cecilia Niño, una periodista que falleció en 2012 a causa de cáncer de mesotelioma, provocado por el contacto con este mineral, pues vivía en el barrio Pablo Neruda cerca a Sibaté (Cundinamarca), donde se ubicaba la fábrica de Eternit. Al respecto, la senadora Nadia Blel Scaff, del Partido Conservadora, y una de las autoras del proyecto, señaló que es un homenaje a ella y a todas las víctimas. “Ella es ejemplo de lucha y tenacidad. Dedicó sus últimos días a transmitir un mensaje de esperanza y a trabajar por una Colombia libre de asbesto”, agregó la senadora.
Frente a lo que plantea la industria, EL COLOMBIANO, en un informe publicado en febrero pasado, dialogó con Eternit, Toptec y la Minera Las Brisas –ubicada en Campamento (Antioquia)–, y los tres coincidían en que el mineral, prácticamente, ya está erradicado de la industria nacional.
En el caso de Toptec, por ejemplo, señalaron que no emplean el crisotilo desde hace cinco años, según indicó el gerente, Germán López. Mientras que Eternit, que es la compañía más grande del país que empleaba esta fibra, respondió que había sido diversificado desde hace dos años.
En el caso de Toptec y Eternit, este mineral fue reemplazado por una fibra sintética llamada polivinil alcohol (PVA), que, de acuerdo con el gerente de Toptec, “es una fibra sintética, de características diferentes, pero que funciona bien, aunque es necesario adicionarle celulosa”.
Así las cosas, en Colombia no se podrán seguir produciendo elementos con asbesto como material. De acuerdo con la American Cancer Society, cuando las fibras del asbesto en el aire son inhaladas, tras estar sobreexpuesto, es posible que estas se peguen a las vías respiratorias y que sean eliminadas al toser o al tragarse. Sin embargo, otras de las fibras (las de menor tamaño) alcanzan el extremo de las vías respiratorias menores en los pulmones y pueden penetrar en el recubrimiento exterior del pulmón y pared torácica. Estas fibras pueden irritar las células pulmonares o la pleura, lo cual eventualmente incremente el riesgo de causar cáncer.