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Controversia por impuesto del 20 % a gaseosas

El Congreso está listo para discutir la reforma tributaria, que incluye “los impuestos saludables”.

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Controversia por impuesto del 20 % a gaseosas
12 de noviembre de 2016
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Que las gaseosas y los cigarrillos suban de precio es una posibilidad que contempla la reforma tributaria. Una cajetilla de cigarrillos, que en promedio cuesta 2.800 pesos, pasaría a tener un valor de 4.200 pesos. De otro lado, las empresas productoras de gaseosas tendrían que pagar 300 pesos por cada litro de la bebida.

A tan solo dos días de que el Congreso comience la discusión sobre esta reforma, los gremios del comercio han criticado la efectividad de nuevos impuestos a las bebidas azucaradas. Desde otra orilla, la academia y las asociaciones médicas han respaldado la iniciativa.

Para disminuir los índices de diabetes y obesidad en el mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda crear un impuesto del 20 % a los refrescos azucarados. Siguiendo esta recomendación, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, pidió un impuesto de ese porcentaje para las bebidas azucaradas.

“Existe una evidencia científica entre el consumo de bebidas azucaradas y el sobrepeso. El debate que sigue es ¿puede un impuesto ayudarnos a lidiar con un fenómeno tan complejo? Los análisis muestran que los impuestos sí pueden cambiar comportamientos. Extrapolando la experiencia de México y de otros países, podemos decir que en 4 años podríamos disminuir los casos de diabetes hasta en 20.000 casos anuales. Eso le ahorraría al sistema de salud cerca de 200.000 millones de pesos”, dijo el ministro.

Según los cálculos del Ministerio de Salud, con el impuesto del 20 % se podrían reducir los casos de diabetes en 18.000 al año.

Con el gravamen del cigarrillo se evitarían entre 1.200 y 3.400 muertes al año, lo que equivale a un ahorro para el sistema de salud entre 550.000 millones de pesos y 930.000 millones de pesos.

Empresas vs. Asociaciones

El presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, César Burgos, se mostró a favor de la medida: “La promoción y prevención de salud es importante, pero no es tenida en cuenta como un nivel primario al hablar de salud. Se ha demostrado a través de distintas fuentes el impacto del azúcar en el incremento de la obesidad y de la diabetes mellitus II”.

La Cámara de la Industria de Bebidas de la Andi se pronunció en contra de la iniciativa, pues considera que existen otros alimentos que inciden en mayor medida en enfermedades como la obesidad y la diabetes. De otro lado, la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), señaló que la reforma “es una manera de recolectar más dinero que pagará principalmente el grupo de consumidores de menores ingresos y afectando a la industria y los comerciantes”.

La obesidad y la diabetes no son padecimientos extraños en Colombia. Según la Fundación Colombiana de Obesidad, el 51 % de la población sufre de sobrepeso. La misma fuente señala que uno de cada 10 colombianos sufre de diabetes.

En relación con este panorama, la publicación British Medical Journal demostró que el consumo diario de bebidas azucaradas puede incrementar en 13 % el riesgo de padecer diabetes mellitus II”. La OMS ha sido contundente: “la reducción del consumo de bebidas azucaradas también puede disminuir el riesgo de sobrepeso y obesidad infantil”.

Hernán Esguerra, presidente de la Academia Nacional de Medicina, sostuvo que “si bien es cierto que las enfermedades crónicas no transmisibles se dan por múltiples factores, en las enfermedades cardiovasculares hay una mayor incidencia de la obesidad. En la diabetes, la influencia del azúcar es determinante. Por eso es importante el impuesto. Sin embargo, la educación no puede ser secundaria al impuesto. Necesitamos comunicarnos con la población”.

Para los prestadores del servicio de salud, la medida impactaría positivamente. Así lo considera Elisa Torrenegra, directora de Gestarsalud (entidad que representa a las EPS del régimen subsidiado): “La manera como se desenvuelven las personas más vulnerables está basado en el desempeño de su cuerpo. Cada día necesitan alimentación para tener un sustento económico. Sin embargo, el desempeño merma cuando las condiciones de salud y la alimentación no están bien”.

Aunque esta afirmación puede parecer obvia, Torrenegra es enfática en que son muchas las familias vulnerables que disminuyen su desempeño laboral por la mala alimentación: “La forma de sostenerse depende de la disponibilidad de sus recursos. Si ven que las gaseosas son más caras pueden comenzar a consumir nuevos líquidos, verduras. Comida que realmente los va a nutrir”.

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