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El ministro del Interior Juan Fernando Cristo, aseveró ayer que para la implementación de los acuerdos se está buscando que el mecanismo de aprobación rápida utilizado en el Congreso (fast track), se utilice también en las asambleas departamentales.
Para ello, explicó, tendría que trabajarse en “una ley para que las regiones tengan los instrumentos necesarios para afrentar la implementación del posconflicto y aprovechar el fast track para que, con pretexto del acuerdo de paz, podamos profundizar en la descentralización y en la autonomía territorial”.
Con esta iniciativa, aún en observación, se pretende que el enfoque territorial del acuerdo se cumpla, teniendo en cuenta, “las necesidades, y particularidades económicas, culturales y sociales de los territorios y las comunidades, garantizando la sostenibilidad socio-ambiental”, de cada territorio.
Otra de las tareas a corto plazo será la concertación que tendrán que hacer con el Consejo Nacional de Reincorporación para que los voceros de las Farc ingresen a los concejos municipales para hacer labores de pedagogía por la paz.
Sin embargo, tal y como lo anunció el ministro, sería una herramienta que les ayudaría a las entidades departamentales para que aumenten la descentralización.
Carlos Ríos, diputado de Antioquia, (Partido Conservador), afirmó que la propuesta de Cristo es viable y tendría acogida en la corporación. Agregó que el año pasado expresaron de manera mayoritaria su apoyo de los acuerdos, y que por eso tienen toda la disposición para respaldarlos.
“Estaremos prestos a darle trámite a cualquier iniciativa en este sentido. En nuestro Plan de Desarrollo el posconflicto es transversal”.
Al respecto el diputado Norman Correa (La U), afirmó que es una oportunidad para profundizar en la descentralización. “Es una posibilidad de comprender las dinámicas locales, porque somos nosotros los que conocemos el territorio, sería bienvenido, sobre todo por aquellos que votamos por el Sí”.
En contraposición la diputada Ana Ligia Mora (Centro Democrático), explicó que es una propuesta compleja, porque, incluso, con el procedimiento actual para aprobar una ordenanza (tres debates, una en comisión y dos en plenarias), se quedan cortos para profundizar en el análisis.
“Quitarle profundidad al debate, sobre todo en asuntos tan importantes como los relacionados con el posconflicto, no es sano”.