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La primera vez que el padre Antún Ramos vio a Freddy Rendón, alias “el Alemán”, fue un día antes de la masacre de Bojayá. En ese entonces, el paramilitar era comandante del bloque Élmer Cárdenas de las autodefensas y esa mañana llegó hasta la iglesia del pueblo a decir que él era quien mandaba.
Llegó vestido de camuflado, con botas pantaneras, armado y escoltado por un grupo de hombres también armados. El padre Antún —recuerda hoy— le reclamó y le dijo que él no era nadie para decirles por dónde se tenían que mover.
La segunda vez que el padre Antún vio a alias “el Alemán” fue 13 años después de la masacre en la que murieron 79 personas. Esta vez iba vestido de saco y pantalón y no tenía escoltas ni armas. Esta vez estaban en Bogotá y se abrazaron,...
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