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Paz total: ¿cómo verificar un cese bilateral al fuego con 5 bandas criminales?
El presidente Gustavo Petro anunció esta “tregua” con ELN, disidencias y Clan del Golfo, analistas advierten las complejidades de un proceso tan ambicioso. Además, se trata de un cese con las fuerzas del Estado, no entre bandas.
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El plan más ambicioso del gobierno Petro es la “Paz total”, pero muchos advierten que será difícil tener mesas de diálogo por todo el país, pues puede desgastar al Estado e ir en detrimento de la justicia.
El anuncio de que habrá un cese bilateral al fuego durante los primeros seis meses del 2023 con cinco grupo armados del país, entre ellos el Eln y las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas, el cual podrá ser prorrogable en la medida en que avance un proceso de paz, tomó por sorpresa hasta a Ariel Ávila aún con la información privilegiada que maneja por su condición de Senador e investigador en temas de conflicto.
De hecho, la noticia ha provocado reacciones disímiles en distintos sectores académicos y políticos, desde los que la apoyan de manera incondicional, como, por supuesto, los aliados del gobierno Petro, hasta los que la critican.
No obstante respaldar esta determinación, Ávila llamó a ponderar el alcance de lo anunciado tras señalar que una cosa es un “cese bilateral” y otra un “cese multilateral al fuego”.
A través de un tuit puesto casi a la medianoche de este 31 de diciembre, el presidente Gustavo Petro confirmó que este cese bilateral al fuego fue acordado por el Gobierno con el Eln, lo mismo que con las disidencias de las Farc, la denominada Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central y las Autodefensas de la Sierra Nevada como parte de su política de Paz Total. Además dijo que este comenzará a regir desde este primero de enero hasta el 30 de junio y que “será prorrogable según avancen las negociaciones”.
Rodrigo Londoño, presidente del Partido Comunes y quien lideró el proceso de desmovilización de la guerrilla de las Farc, instó a los cinco grupos que inician esta fase a “actuar con decisión y contundencia ante el cese al fuego (...). La paz demanda valor, osadía y heroísmo. Pero sobre todo amor al pueblo”, les dijo en un trino.
Y en la otra orilla, el precandidato presidencial del Centro Democrático Rafael Nieto afirmó que “Un cese al fuego bilateral sin concentración de tropas favorece a los elenos: pueden seguir delinquiendo siempre que no ataquen a la Fuerza Pública, que queda paralizada”, criticó por ejemplo el ex precandidato presidencial del Centro Democrático Rafael Nieto.
Lo que sorprende es que Ávila, quien fue ex subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación y hoy actúa como senador por el Partido Verde que está en la coalición del gobierno Petro, ponga el dedo en la llaga, a partir de un énfasis más de investigador que de político.
“Esto no lo esperaba tan rápido, es un gran paso”, dijo, pero a la vez, advirtió que es un cese al fuego bilateral, es decir que cobija al Estado con las cinco organizaciones mencionadas, “pero no es que haya un cese al fuego entre ellas (es decir multilateral)”, dijo.
La diferencia en los términos resulta esencial en la medida en que, en realidad, la mayor cantidad de muertos por el conflicto actual no se presentan en la confrontación entre la Fuerza Pública y cada grupo criminal, sino en la guerra que estos tienen entre sí por la conquista de territorios.
No obstante, Ávila no desestima que, por inercia se dé una baja en la conflictividad, además de que el cese tendría efectos positivos ya que, por ejemplo, el Eln ha “sembrado” una cantidad importante de minas antipersonal para defenderse del Ejército y ahora dejaría de hacerlo; o el Clan del Golfo dejaría de utilizar población civil como escudo.
Ávila y otros analistas del conflicto, como el profesor del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia Max Yury Gil, coinciden en señalar que tal vez el punto más problemático frente a los anuncios de la Paz Total de Petro es la verificación.
Si bien Colombia ha tenido muchos procesos de paz, lo inédito acá es tener que cuidar que se cumpla la interrupción de hostilidades con cinco grupos a la vez, lo cual se complejiza todavía más ante la existencia de otras bandas y organizaciones que no se han sumado al cese al fuego.
De acuerdo con Ávila, otro punto problemático que se debe resolver es la identificación de los mandos, un asunto al que han sido muy reacias las organizaciones criminales y que será esencial a la hora de que se presente un problema y toque tramitarlo.
Hasta ahora el Gobierno no ha esclarecido cómo sería esa verificación, aunque se da por descontado que la Organización de las Naciones Unidas y la comunidad internacional cobrarían protagonismo en ese punto.
Un buen síntoma al respecto son los guiños que Carlos Ruiz Massieu, representante especial del Secretario General de la ONU, ha hecho, y en particular el último donde saluda el anuncio del cese bilateral: “Naciones Unidas apoya todos los esfuerzos orientados a reducir la violencia en los territorios, a proteger a las comunidades afectadas por el conflicto y a construir paz en Colombia”.
Para Gil, fuera de lo anterior, va a haber dos elementos relevantes en esa verificación: la participación de la sociedad civil, con la instauración de canales de denuncia eficaces y la garantía de que no haya intimidaciones; y el empoderamiento de las autoridades locales no en la negociación pero sí en el seguimiento a los compromisos del cese al fuego. “Es indispensable que haya un altísimo nivel de credibilidad”, concluyó.
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