G ermán Vargas Lleras compitió con Juan Manuel Santos por la presidencia en el 2010, pero el primero no alcanzó llegar a segunda vuelta. En el 2014 el primero decidió aplazar su segunda aspiración y le endosó su caudal electoral al segundo para que se reeligiera.
Como respuesta a este apoyo, Santos le delegó el control sobre toda la infraestructura del país y, además, le nombró dos ministerios claves a su partido, Cambio Radical: Vivienda y Transporte. En el 2012 le ajustó con Alejandro Char como Alto Consejero para las Regiones.
Lo resultados de estas carteras, que son las obras más visibles del actual Gobierno, le dieron réditos a Vargas, quien hoy, según Invamer, es la persona con más alta favorabilidad dentro de los cargos de primer nivel del Gobierno (61 %), incluso sobrepasando al propio presidente (35 %).
Con la confirmación de su salida por parte de Santos, Juan David García, docente de Ciencia Política de Bolivariana, afirmó que hay cosas no ajustadas a la ética en la política, pero aunque no debería, mientras no haya impedimento legal, Vargas seguirá adelante “porque tiene impulso, capital político, recursos y es el líder de un partido”.
Andrés Felipe Bernal, investigador de la Escuela de Política de la Sergio Arboleda, argumentó que si Vargas se encuentra ya oficialmente en campaña, debería renunciar a fin de no hacer proselitismo político desde su cargo.
“Lo mas seguro es que se argumente la necesidad de finalizar la labor que se viene realizando por el país a fin de hacer un empalme exitoso”.
Para Camilo Andrés Tamayo, coordinador de la Especialización en Comunicación Política de Eafit, no existe ningún problema ético, en la medida en que no se ha formalizado su renuncia, pero sí tendría problemas políticos y hasta morales.
“Si continúa con esa doble función de precandidato y presidente tomaría ventaja de la posición que tiene en el Gobierno para hacer más visible, con relación a los demás precandidatos”.
Según Liliana Gómez, docente de Comunicación Política de la Sergio Arboleda, Vargas Lleras está haciendo su gira de despedida del cargo y de inicio de campaña.
“Sabiendo que ya se iba, debió evitarla, pero un futuro candidato a la presidencia no se perdería la oportunidad de estar en los medios y cerca de futuros posibles votantes”.
Regístrate al newsletter