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Cambios de Petro saltan del papel a la acción; ¿qué busca?
Desarchivó la espada de Bolívar, quitará las rejas del Palacio y rompe protocolos. Promete cambios de fondo.
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Los cambios del presidente Gustavo Petro han quedado en evidencia desde su posesión. Es cercano a comunidades indígenas y rompe con todos los protocolos. FOTO EFE Y CORTESÍA -
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11 de agosto de 2022
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El presidente Gustavo Petro emprendió la misión de materializar las ambiciosas promesas de cambio que hizo en campaña y empezó a hacer reformas en la Casa de Nariño que generan expectativas al ser puestas en marcha en su primera semana en el poder.
Petro empezó a medir el aceite con reformas en el relacionamiento con la ciudadanía y la forma de gobernar, pues ya puso reparos a los saludos protocolarios, recortará burocracia y hará que la ciudadanía pueda acercarse a la hoy cerrada Casa de Nariño.
El cambio parece que no será meramente retórico y se reflejará en todas sus acciones, así lo ha demostrado con hechos simples como el no usar traje y corbata en actos oficiales (este miércoles recibió en guayabera a delegaciones diplomáticas) y que esté empeñando en transformar la Casa de Nariño con órdenes precisas: exhibir la espada de Bolívar en lugar del busto de Antonio Nariño y retirar las rejas para que se habilite el paso peatonal por las calles alrededor del Palacio presidencial.
En cada acto e intervención, Petro demuestra que quiere ser visto como un presidente que rompe todos los protocolos y da un giro a la forma de gobernar. Por ello, ha dicho con insistencia que mientras esté en el poder espera no quedarse rodeado de las “frías paredes” de la casa presidencial. ¿Y qué busca?
Este discurso no es gratuito y responde a que Petro es consciente de que si la burocracia no le alcanza para cumplir la ambiciosa promesa de “cambio” que hizo en campaña, podría volver a reactivarse el descontento social en las calles, por lo que busca mostrarse cercano a la gente y así mantener bajo control cualquier conato de estallido social. Incluso, instruyó a sus ministros para hacerlo.
Volvió protagonista a Bolívar
A pesar de que Petro evita cualquier referencia que mencione su pasado guerrillero, este martes realizó un simbólico acto al que invitó a Antonio Navarro Wolff, uno de los exlíderes del extinto M-19, junto a un grupo de miembros de la Alianza Verde para exhibir la espada de Bolívar en la entrada de la Casa de Nariño. La decisión fue darle más protagonismo a esta mítica arma que al busto del prócer Antonio Nariño, que fue retirado del lugar donde reposaba y puesto unos metros más atrás de la puerta principal.
Además, Petro envió mensajes tácitos de proximidad con la gente al decidir quitarle algunas de las rejas a la Casa de Nariño. Y dio por hecho que se eliminarán al menos 9 de las 12 consejerías presidenciales, al igual que 130 cargos, tratando de mandar un mensaje de austeridad.
“He dado la orden en consejo de ministros de desmantelar todas las nóminas paralelas que existan en las entidades y de eliminar todo gasto suntuario o superfluo”, dijo Petro este miércoles.
Esta búsqueda por mostrarse como un mandatario distinto y un gobierno que llega para defender las causas populares también quedó al descubierto el mismo día de la posesión. Una vez Petro y su familia ingresaron al Palacio presidencial, las cámaras registraron el saludo al grupo de trabajadoras encargadas de la limpieza, y tras concluir el acto oficial, realizaron una folclórica fiesta en la que se registró a la primera dama, Verónica Alcocer, bailando junto a los músicos.
Así, Petro ha hecho toda una puesta en escena para gobernar a través de los símbolos. Sin embargo, sabe que de no cumplir con las expectativas reformistas que ha puesto, el país podría estallarle en las manos, por lo que la verdadera prueba de fuego estará en la ejecución con la que pondrá en marcha sus ambiciosas propuestas de campaña. ¿La primera prueba? La reforma tributaria.
Administra con simbolismos
Pero su simbolismo no se ha quedado en los eventos públicos, pues Petro también lo ha aplicado en las decisiones políticas. Así quedó en evidencia en la conformación de su gabinete ministerial, tarea para la cual se enfocó en tener personas calificadas y no solo en responder al apetito burocrático de los partidos.
Muestra de ello es que rechazó poner al médico José Luis Correa, miembro del Partido Liberal, al frente del Ministerio de Vivienda. Además, entregó carteras a profesionales con experiencia como José Antonio Ocampo (Hacienda), Alejandro Gaviria (Educación), Álvaro Leyva (Relaciones Exteriores) y Cecilia López (Agricultura).
Aunque primaron estos nombramientos, Petro también le dio su tajada a los partidos. Es el caso de Guillermo Reyes (ministro de Justicia), cuota del Partido Conservador; Mery Gutiérrez (ministra TIC), cuya hoja de vida la pasó La U; y Catalina Velasco (ministra de Vivienda) y Néstor Osuna (ministro de Justicia), cercanos al expresidente César Gaviria.
Petro tiene claro que su mirada estará afuera de la Casa de Nariño y lo dejó claro este martes cuando aseguró que el poder “deforma la realidad” y enfatizó en que “el poder real está fuera del Palacio presidencial”.
La moda también sirvió para transmitir símbolos
Antonella Petro Alcocer, hija menor del presidente Gustavo Petro, lució una llamativa y simbólica prenda el 7 de agosto. En su vestido plasmó una carta de amor que le había escrito a puño y letra su papá tiempo atrás. “El presidente registró el amor por su hija y quedó impreso en una prenda de vestir hecha con poliéster reciclado. La moda es amor”, aseguró el diseñador Diego Guarnizo, quien creó la prenda de Antonella.
El presidente de la Cámara de Representantes, David Racero, quiso transmitir símbolos de lucha social el día de la posesión de Gustavo Petro. Por ello dejó a un lado la tradicional corbata y prefirió lucir un traje diseñado por una joven del departamento de Chocó. “Lejos de optar por un vestido de corte inglés, opté por un traje étnico diseñado por la joven Nía Murillo, chocoana y nieta de pescadores”, expuso Racero.
En la posesión presidencial, la senadora María José Pizarro lució un abrigo que hacía homenaje a la mujer afrocolombiana diseñado por Diego Guarnizo. Además, llevó en su espalda un bordado del rostro de su padre, Carlos Pizarro, con la frase “que la lucha de la paz no nos cueste la vida”. La senadora fue protagonista en la llegada de Petro al poder, ya que fue quien le puso la cita presidencial en lugar de Roy Barreras.
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