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¿Tiene fin una pandemia que contagia sin síntomas?

Analizamos tres desenlaces posibles para la enfermedad. Podrían ocurrir una vez la marea baje.

  • Foto: Unsplash
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¿Tiene fin una pandemia que contagia sin síntomas?
31 de marzo de 2020
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EL COLOMBIANO está haciendo una cobertura completa con los artículos más relevantes sobre el coronavirus y para lectores de todas las edades. Encuentra lo que debes saber de la pandemia aquí.

Las infecciones han golpeado a las poblaciones humanas en varias ocasiones. En 1347 y 1351 la peste negra mató a 200 millones de personas, en una época en la que no había ni pistas de quién o qué estaba produciendo estas muertes, y en 1918 la mal llamada gripe española acabó con la vida de 50 millones. Apenas un par de décadas atrás se empezaban a conocer los agentes patógenos. Hoy un virus respiratorio nunca antes conocido, que se esparce por el mundo con rapidez, pone a prueba los sistemas de salud contemporáneos de los países más desarrollados. El nuevo coronavirus se ha extendido más que el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) en 2003, está en todos los continentes y es más mortal que el H1N1 (1 % de letalidad por infección frente al 1-5 % del covid-19). No mata al aterrador ritmo del ébola de 2014 (que acababa con la vida del 50 % de los infectados), pero puede pasar por el aire y quedarse en las superficies.

Aunque el agua y el jabón lo desarman, se aprovecha, como otros brotes, de las fallas del cuerpo humano. Ha reunido elementos que alarman a los expertos en salud pública, así como a los ciudadanos. En menos de tres meses ha infectado a miles: los humanos no se habían enfrentado a él, dejando sus sistemas inmunológicos vulnerables, y no hay vacunas para prevenir al 2019-nCoV, cómo se clasificó al virus Sars-CoV-2 para hablar de él, o para tratar la enfermedad que causa, la covid-2019.

A finales de enero, el virus aún se propagaba principalmente en China, y aún en febrero los científicos hablaban de la contención. La idea era que a través de la identificación y el aislamiento de los enfermos se evitaría que el virus llegara a otros lugares. Parecía razonable: el freno sincronizado entre varios países fue la forma en que terminó el brote de SARS de 2003, principalmente en Asia, donde hubo contención y mitigación (ver glosario) intensas. Era igual causado por un miembro de la familia de los coronavirus.

¿Y entonces qué?

A pocos días de terminar marzo se sabe que con la covid-19 no será así. Ahora hay pruebas de que las personas que no muestran síntomas severos pueden propagarla silenciosamente, como lo concluyó el estudio publicado en la revista Science, el 17 de marzo de 2020. Esto “explica la rápida propagación geográfica del SARS-CoV-2 e indica que la contención será particularmente difícil”, afirman los investigadores.

Con certeza solo se sabe que seguirán surgiendo nuevos casos. Por ello es particularmente difícil proyectar escenarios para la pandemia en Colombia. A corto plazo, en medio de la cuarentena, se busca “que al menos los hospitales, el personal de salud y los sistemas de logística en las ciudades se preparen para una ola de casos importante. Digamos que todavía no se ha visto nada. Es probable que en dos o tres semanas tengamos un pico más fuerte de transmisión, con un número importante de personas hospitalizadas. Este tiempo le ha servido para prepararse al país. En Bogotá, por ejemplo, uno ve que los hospitales están adecuando hasta los parqueaderos con carpas de campaña como hospitales, consiguiendo los recursos que se necesitan, los elementos de protección para los médicos y el personal de salud que también ha estado escaso”, explica Fernando de la Hoz, director del departamento de salud pública de la Universidad Nacional de Colombia y doctor en epidemiología de la Universidad de Londres.

Esta cuarentena que va hasta el 13 de abril deberá aprovecharse para aprender de otros. El Índice de Seguridad Sanitaria Global, un informe que califica a los países en su preparación para la pandemia, le da a Estados Unidos la puntuación más alta del mundo con 83,5. Sin embargo, por la larga espera para tomar medidas que incentivó que el virus se propagara más en esta sociedad rica, fuerte y desarrollada, esa ilusión se hace añicos. Hoy, dice Tatiana González Pérez, magíster salud pública de la Universidad Autónoma de Manizales, la covid-19 pone a prueba hasta a los que tienen los sistemas de salud más fuertes. Con más de 80.000 contagiados, Estados Unidos se convirtió en la nación con más casos de la enfermedad este viernes 27 de marzo. De hecho, se espera que la capacidad de camas para cuidados intensivos de Nueva York llegue a su límite, entre 1.800 y 3000. En Colombia, los números aumentan exponencialmente, si bien se han tomado medidas con más agilidad que en otros lugares (ver recuadro).

Estos son tres escenarios de análisis de esta pandemia.

Si llega la vacuna, que sea segura es lo fundamental

Italia y España ofrecen sombrías advertencias sobre el futuro. Allí los hospitales se han quedado sin habitaciones, suministros y personal. Los indicadores de la OCDE muestran que Estados Unidos tiene menos camas de hospital por persona (2,8) que Italia (3,2). Y Colombia, menos que los dos (2,7), si bien el Registro especial de prestadores de servicios de salud (Reps), solo cuenta con 1,7 camas por cada 100.000 personas. Así que pensar en que este problema va a ser controlado por una vacuna a corto plazo luce bastante ideal.

El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos sostiene que financiar el desarrollo de una vacuna no vale menos de 20 a 30 millones de dólares. Requiere mucho trabajo, pruebas y conocimiento. Gina Tambini, representante de la OPS (Organización Panamericana de Salud) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) en Colombia aseguró en el webinar que hizo EL COLOMBIANO sobre el futuro que la OMS viene trabajando con grupos de expertos para crear la vacuna y la proyección está entre 12 y 18 meses).

De la Hoz comenta que los primeros pasos pueden realizarse rápido en el laboratorio, por ejemplo determinar las partes del virus o antígenos que desencadenan una respuesta inmune. Incluso, puede acelerarse el proceso de aislamiento de estos, “pero la parte de experimentación en humanos, para probar que primero despierte anticuerpos; segundo, que ellos protejan contra el virus; tercero, que no produce efectos adversos; cuarto, que la gente lo va a aceptar de manera adecuada, y quinto, a quién se le va a poner, todos esos son retos no se resuelven tan fácil”.

Se ha dicho en algunos medios que China tiene una vacuna, pero el doctor en epidemiología precisa que lo que tiene es un candidato a vacuna, un prototipo que debe probar por buen tiempo, mínimo un año, para saber si aplicarse a la población. Por ahora, lo único que se tiene son estas medidas que los gobiernos están intentando implementar.

Anteriores brotes han dejado lecciones. Durante la epidemia del ébola, la colombiana Ana María Henao-Restrepo, líder del equipo de investigación en vacunas de la OMS y sus colegas, demostraron la eficacia de la vacuna contra el virus que mató a más de 11.000 personas en África. Desarrollada en Canadá, es comercializada por la firma Merck desde 2018. El virus se descubrió en 1976 y el brote de Ébola de 2014-2016 en África Occidental fue el más extenso y complejo: tuvo más casos y más muertes. Durante el brote actual, hasta la fecha, se ha administrado a más de 223.000 personas.

Aislar, poner en cuarentena, limitar los grupos

El más reciente informe del Imperial College de Londres (firmado también por la colombiana Zulma Cucunubá) asegura que las repercusiones mundiales de covid-19 han sido profundas, y la amenaza para la salud pública es la más grave que se ha visto en un virus respiratorio desde la pandemia de gripe H1N1 de 1918. Sostiene que incluso ni siquiera una respuesta perfecta acabará con ella. De la Hoz confirma que este se ha convertido en una carta de navegación para diferentes gobiernos.

Esto evidencia que la clave para limitar la epidemia en esta fase de estallido es algún tipo de aislamiento en el que los negocios no esenciales se cierren, se cancelen los eventos, se limpien las áreas públicas y la gente permanezca en casa.

China aplicó un riguroso cierre de varias semanas después de la epidemia; Italia introdujo la medida la semana antepasada. El próximo 8 de abril la ciudad china de Wuhan, foco de la covid-19, después de más de dos meses de confinamiento, levantará las restricciones a los desplazamientos. La medida se aplicó al resto de la provincia de Hubei desde el 25 de marzo. Al principio solo los habitantes considerados sanos podrán desplazarse libremente. Esta zona, poblada por 56 millones de habitantes, fue puesta en cuarentena a finales de enero y las restricciones se han levantado progresivamente. El número de nuevos casos fue muy bajo durante las últimas semanas, aunque el martes pasado el ministerio de Salud informó de un contagio.

Incluso allí, el futuro cercano es incierto. China informó hace ocho días de 78 nuevos casos, 74 de los cuales son de personas que llegaron del extranjero, lo que hace temer una nueva ola de infecciones. También se registraron siete fallecimientos, todos ellos en Wuhan, según el saldo oficial del Ministerio de Salud. Ya se han detectado 427 casos importados en China. Casi todas las nuevas infecciones en su suelo son de personas que regresan o vienen del extranjero, ahora que la epidemia parecía estar bajo control allí.

posibilidad más: Se hace endémica para la población

Que la enfermedad se quede como la influenza, es decir, que siempre se presenten casos, preocupa por su alta letalidad. Este escenario nadie lo quiere plantear. Tendría un costo terrible: el Sars-CoV-2 es más transmisible y mortal que la gripe, y probablemente dejaría detrás millones de decesos y unos sistemas de salud devastados. Este es el más oscuro de los escenarios, no obstante, De la Hoz cree que a largo plazo no sería tan dramático. Ahora preocupa porque es un virus nuevo que tiene la capacidad de infectar a muchos, pero una vez pasado el primer momento, la mayoría desarrolla inmunidad contra el virus, teniendo una enfermedad leve o moderada o sin síntomas. Es lo que se espera. Es probable que la mayoría de la población se haga resistente al virus y este siga circulando ocasionando enfermedad severa en una minoría de la población o incluso pueda producir pequeñas epidemias (dependiendo de las medidas de supresión que se activen). Esta es la famosa inmunidad de grupo. “Si no hay una mutación importante del virus, este se puede volver parte de los otros virus respiratorios. De hecho, hay otros coronavirus que circulan desde hace tiempo y en general ocasionan enfermedad leve”, agrega. Por cada caso severo, en virus respiratorios, se puede decir que hay dos asintomáticos o leves. En este momento la situación es delicada porque toda la población es susceptible, pero en unos años se espera que no tenga la capacidad de producir tantos casos en un solo año o en un mes. Ocurriría con circulación más baja en la población”, puntualiza.

Es probable, entonces, que el nuevo coronavirus sea una parte duradera de la vida durante al menos un año, si no más. Esto como un consenso de salud pública que espera por la vacuna. Si la cuarentena funciona, la pandemia podría disminuir lo suficiente como para que las cosas vuelvan a una apariencia de normalidad. Pero según el reporte más reciente de los investigadores del Imperial College, a medida que el status quo regrese, igual lo hará el virus.

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