Una pena de más de 12 años de prisión podría pagar un soldado profesional, de 32 años, autor del aberrante caso de abuso sexual contra una niña de 11 años, ocurrido en la vereda Caño Indio del municipio de Tibú, en Norte de Santander.
El Centro de Atención a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas) de la Fiscalía, le imputó cargos por el delito de acto sexual violento agravado con menor de 14 años, lo que no le da ningún tipo de beneficios en la condena.
Ni siquiera llorar y pedir perdón impidieron que las autoridades agilizaran el proceso para que el militar pague por el delito que cometió.
Según se conoció, aunque el uniformado no alcanzó a violar a la menor, sí lo intentó. La oportuna reacción de la niña, quien le pegó una patada y empezó a gritar lo hizo desistir de hacerlo.
Sin embargo, sí eyaculó en la ropa interior de la niña y en su pantalón, lo que sirvió como muestra para confirmar su culpabilidad en este hecho.
Durán atacó a la menor, momentos después de salir de la zona donde estaban los otros soldados para hacer una llamada a su familia. Fue a llamar para saber el estado de salud de un hermano suyo, luego de que fuera herido a balazos.
El hecho ocurrió a 400 metros de donde funcionaría la zona veredal de las Farc, cuando la menor regresaba de una tienda, donde compró unos huevos para el desayuno.
El soldado, oriundo de La Esperanza (Norte de Santander), llegó doce horas antes de cometer el abuso sexual al lugar del hecho, tras solicitar permiso para visitar a su familia.
Por tener botas de caucho, fue señalado inicialmente como el principal sospechoso; sin embargo, a los cinco soldados que estaban más cerca al lugar del abuso sexual les practicaron pruebas de sangre.
El imputado siempre mostró una actitud serena y tranquila ante sus superiores y las autoridades, lo que hizo dudar de su culpa. “Tiene una frialdad impresionante”, comentó una fuente judicial cercana al caso.
El hoy detenido regresó el domingo del permiso que le dio el Ejército por la calamidad familiar, y el lunes, a las 11:28 de la mañana fue capturado por la Fiscalía.
El organismo acusador estableció que el soldado no tenía antecedentes por delitos sexuales y que se caracterizó por ser un buen soldado en los más de 10 años de servicio en la institución militar.
El uniformado es casado y tiene un hijo de 3 años. En la noche del lunes, él mismo aceptó cargos y fue enviado a la cárcel.
Mientras tanto, la mamá de la menor abusada mostró su rabia contra el militar y aseguró que la buena imagen que tenía del Ejército se desmoronó por el ataque a su hija. “El Ejército es lo peor, no confío en ellos”, repitió la mujer.
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