viernes
7 y 9
7 y 9
Por valeria murcia valdés
Hace un año la Librería Daniela, en el centro de la ciudad, organizó un bazar como despedida. Su dueña Yenny López y su familia ya no sabían cómo más mantener las puertas abiertas. Desde entonces, e incluso mucho antes, la incertidumbre frente al futuro era un lastre muy pesado. López luchaba contra la idea de tener que cerrar, de renunciar a sus libros, al encuentro con los clientes y al lugar donde sus hijas también habían aprendido a querer la lectura.
Ese bazar tuvo un eco más fuerte del que esperaban, les dio nuevas fuerzas y decidieron seguir intentando un tiempo más, hasta que la covid-19 amenazó, una vez más, su supervivencia. Ante un par de meses de cuarentena obligatoria y ventas nulas, la ansiedad volvió a crecer como en agosto de 2019. Empezaron a hacer domicilios cada tres días, pero los números seguían estáticos.
Hace un par de años Johana, hija de Yenny, tuvo una idea para distribuir de otra manera los libros, una que no involucrara necesariamente depender de que las puertas de la librería continuaran abiertas (al menos físicamente).
La idea se quedó en el tintero por un largo tiempo hasta que la cuarentena hizo imposible seguir ignorando la posibilidad de lanzarse al ruedo con algo nuevo, digital. Era el momento perfecto: si la librería no podía recibir visitantes, si nadie podía salir de la casa, ¿por qué no intentar que las recomendaciones de Yenny llegaran a los hogares de los lectores?
Arrancar
Así brotó la primera semilla de lo que hoy es Librero en Casa, un emprendimiento digital que lleva un poco menos de un mes funcionando y, por ahora, con mucho éxito.
Es una página web que recoge las recomendaciones de lectores de Medellín y municipios aledaños. Allí la gente se inscribe y le cuenta sus recomendaciones al librero a través de un formulario. ¿Prefiere la novela negra, las biografías, le gustan los libros de arte? El interesado deja su nombre, dirección y datos de contacto y la librera Yenny y su equipo se encargan del resto.
Yenny perfila a cada lector, “se vuelve uno como psicólogo de cierta manera porque de acuerdo a lo que digan, lo que les gusta y lo que han leído puedo imaginarme a esa persona”, cuenta.
Dice que lo que más la ha favorecido es que no es librera sino lectora, lo cual le permite jugar con muchas posibilidades para saber qué recomendarle a cada quien.
Luego de que los perfiles están hechos, Yenny escoge cinco lecturas recomendadas para esa persona cuyo rostro desconoce, con quien jamás ha cruzado palabra, pero a quien pretende conquistar con buenas letras. Desinfecta y sella cada libro y los mete todos en una caja.
Una vez están listos para partir, viene la prueba de máxima confianza: “Hacerle llegar los libros a la gente a la casa, sin ningún compromiso”, cuenta Johana. “Están en la potestad de escoger qué quieren y que no”. Johana y su novio arman una ruta y se disponen a cruzar la ciudad, y a veces sus fronteras, para hacerle llegar las recomendaciones a cada lector.
Usando todos los elementos de bioseguridad, tocan la puerta y entregan la caja. De ahí en adelante queda en manos de quien la recibe.
La experiencia
Tatiana fue una de ellas. Es comunicadora social y le gustan las biografías, las novelas históricas y los libros que involucren investigación periodística. Se enteró de Librero en Casa por redes y se animó a inscribirse. Tres días sonó el timbre. “Abro y era una caja con una selección de libros y con una carta que explicaba que el librero, según mis preferencias, hizo una selección de libros que podían gustarme”.
Contenía títulos sugeridos de Fernando Vallejo, Isabel Allende, Laura Restrepo, Oriana Fallaci y un clásico: Don Quijote. Decidió conservarlos todos excepto Don Quijote. Los pagó por medio de una transferencia y al día siguiente llegaron Johana y su novio para volverse a llevar la caja con el libro restante.
“Me pareció una idea maravillosa, le está entregando a la gente una caja llena de aventuras, de sueños y de emprendimientos”, afirma Tatiana.
Yenny siente que su conocimiento no está siendo desperdiciado y las preocupaciones para esta familia ya no está enfocada en el cierre, sino “cómo hacer todas esas entregas”, apunta Johana.
En estos últimos 20 días han enviado 90 cajas y han recibido 250 formularios de lectores, incluso de algunos que viven en Bogotá. A ellos, todavía, no los pueden visitar, pero si usted vive en el Valle de Aburrá y se anima a esa visita sorpresa, solo debe registrarse en www.libreroencasa.com y esta librera, sin ningún costo, buscará sorprenderlo con su visita . n