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Los atletas en todo el mundo siguen adaptando sus entrenamientos y armando el rompecabezas de un esquivo calendario de competencias, mientras reciben mensajes que contrarían su anhelo de estar en Tokio el próximo 23 de julio, día en que, en teoría, comienzan los Juegos Olímpicos.
Esta semana la agencia Kiodo publicó una encuesta en la que el 80% de los japoneses pide que los Olímpicos se cancelen o aplacen. Y eso que los resultados vieron la luz cuatro días antes de que por primera vez un alto funcionario del gobierno, el ministro de Administración y Reforma, Taro Kono, manifestara que el Comité Olímpico Internacional debería buscar "un Plan B y C porque la situación no es fácil".
Hasta entonces el gobierno nipón había evitado poner sobre la mesa la posibilidad de una cancelación, pero tras la declatatoria de emergencia en Tokio y áreas adyacentes, el pasado 7 de enero por un nuevo récord de casos de covid-19, el ambiente en el país está más desfavorable que nunca respecto a la realización de semejante evento.
Para los deportistas colombianos, la incertidumbre global llegó de la mano de otro revés en su preparación, pues el pasado 7 de enero el Ministerio del Deporte notificó a Baltazar Medina, presidente del COC, que durante todo este mes quedan restringidas las concentraciones deportivas por el pico epidemiológico que atraviesa el país.
Ante este panorama, la esperanza está puesta, dice Medina, en que el COI y las federaciones acuerden oportunamente las fechas de los eventos clasificatorios, algo que el mismo dirigente reconoce que ahora se torna nuevamente confuso.
“Falta por disputar el 47% de los cupos a Tokio, y ese margen ha sido el faro de motivación para mantener a nuestros atletas concentrados y fuertes mentalmente durante estos meses. Nuestra meta es alcanzar entre 90 y 100 atletas clasificados, pero dependemos de que los tiempos que definan para los eventos clasificatorios nos permitan tener la planificación ideal”, dice el dirigente deportivo.
Por ahora Colombia suma 31 atletas clasificados, 15 de estos en atletismo (ver módulo), que apunta a ser fundamental para que el país se aproxime a esa cifra de participación, ante la posible ausencia del levantamiento de pesas por los tres casos positivos por doping, sancionados en diciembre, razón por la cual la federación quedaría vetada en las justas, salvo la absolución de las pesistas (Yenny Sinisterra, Juan Solís y Ana Iris Segura).
Las pruebas de atletismo han sido en las últimas semanas un respiro para el deporte colombiano. Hace una semana el equipo nacional de marcha puso su sello en el Campeonato Nacional de Portugal. Allí, en los 35 km ganó Leonardo Montaña y en los 20 km se impuso Éider Arévalo, escoltado por su compatriota Esteban Soto.
"Los campamentos en el exterior se han convertido en oasis, no solo para nosotros, sino para los deportistas que conforman las diferentes selecciones Colombia en busca de cupos a olímpicos. Para esto ha sido fundamental el compromiso del Comité Olímpico para garantizar el bienestar y las condiciones óptimas de preparación en medio de tanta contingencia", asegura el entrenador del elenco de Marcha, Luis Fernando López.
Precisamente otro seleccionado nacional que espera montar en los próximos días campamento en el exterior es el de boxeo, en el que viajan 6 representantes de Antioquia y que establecerá base en Cuba, un entorno favorable para recuperar terreno de preparación y ponerse a punto para las tres paradas en las que deberán buscar los cupos.
No obstante, el presidente de la Liga de Boxeo de Antioquia, Abelardo Parra, piensa que, al menos en lo que al pugilismo se refiere, es necesario ser realista de cara al país, y dejar claro las verdaderas posibilidades que vislumbra el país en esta disciplina con miras a Olímpicos.
"Los traumatismos en entrenamientos y competencias casi que forzarán a que nuestros boxeadores estén en un 70% en cuanto a preparación. A esto se suman además otras circunstancias, por citar un caso, el de Yuberjén Martínez, que pasó de los 49 kg a los 52 kg, y ese cambio de división es complejo fisiológica y deportivamente. Y en general, analizando división por división, veo difícil el panorama y podríamos no ser capaces de alcanzar lo realizado en Río, donde conseguimos dos bronces", sentencia Parra.
El boxeo le ha entregado al país cinco de las 28 medallas olímpicas, por lo cual el análisis que entrega Parra, uno de los más exitosos formadores de púgiles en la historia de Colombia, exige ser cuando menos cauteloso con las metas propuestas en el medallero.
Pero no solo Colombia debería revaluar sus objetivos olímpicos. Potencias europeas reevalúan también sus posibilidades ante la cancelación de eventos nacionales y continentales.
En vista del renovado ambiente de incertidumbre en torno a los Juegos, el expresidente de la Agencia Mundial Antidopaje y exvicepresidente del COI, Dick Pound, declaró la semana pasada a Sky que la “la fórmula más segura para los Juegos Olímpicos es vacunar a todos los deportistas”, y que en ese sentido, creía que un país como el suyo, Canadá, no tendría reparo en destinar 300 o 400 vacunas para tener una delegación segura que lo representase en Tokio.
La idea de Pound no encontró mucho eco en el movimiento olímpico. El mismo presidente del COI, Thomas Bach, considera que dar prioridad a los deportistas en la vacunación impone un gran dilema ético.
En Colombia ya existe un planteamiento al respecto. Mediante una carta, el Comité Olímpico Colombiano a Mindeporte propuso destinar cerca de 200 vacunas para deportistas y entrenadores que viajarán a los Olímpicos.
El pasado miércoles, el presidente del comité organizador de las justas, Yoshiro Mori, dijo que entre febrero y marzo, la decisión respecto al futuro de Tokio 2020 estará tomada. Por ahora, atletas y entrenadores intentan concentrarse en sus objetivos, aunque el ruido de afuera sea difícil de eludir