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Durante el primer tramo del campeonato las críticas de la afición hacia Atlético Nacional se enfocaron en el desequilibrio por su propuesta ultraofensiva.
Juan Carlos Osorio mantuvo ese mismo estilo de juego hasta la fecha 11, cuando la caída 2-3 ante Cúcuta, en el Atanasio Girardot, tras ir dos veces arriba en el marcador, pareció convencer al cuerpo técnico de que requería mayores recaudos tácticos en fase defensiva y de recuperación.
El saldo de ese Nacional vertiginoso en ataque fue de 6 triunfos, 4 empates y una derrota; 22 goles a favor y 11 en contra.
El evidente cambio en la forma de afrontar los juegos llegó a partir de la fecha 12, ante Pasto en Ipiales, donde el elenco verde sacó una victoria (1-2) a punta de orden y laboriosidad. Desde entonces Nacional ganó 4 duelos, empató uno y perdió 2. Marcó 7 goles y recibió 5.
Eso en cuanto a lo numérico, ya en la expresión futbolística el desempeño en varios partidos refleja un retroceso, pues pasó de tener una propuesta ofensiva llena de recursos que le permitieron en la primera mitad del torneo tener un promedio de siete remates al arco por juego. El sábado, por ejemplo, en la derrota ante América, apenas tuvo dos remates a portería rival.
Pompilio Páez reconoció falencias en ofensiva. “Cometimos algunos errores y nos deja preocupados el ataque posicional”, puntualizó.
La hinchada tiene su análisis del bajón futbolístico. La titularidad de Baldomero Perlaza, en 6 de los últimos 8 juegos, ha mejorado algunos aspectos en marca, pero ha ido en detrimento de jugadores como Sebastián Gómez o Neyder Moreno, capaces de establecer sociedades que enriquezcan el juego. Osorio asumirá nuevamente ante Envigado. Al cuadro verde le quedan 2 juegos para convencerse y convencer a la afición de que, efectivamente, tiene la regularidad para aspirar al título.