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Quién diría que un día el Atanasio Giradot retumbaría con los gritos y cánticos sucesivos en honor a Rigoberto Urán, Miguel Ángel López, Nairo Quintana y el británico Chris Froome.
Pues los 20.000 aficionados que asistieron ayer a la presentación de los equipos del Tour Colombia 2.1 atestiguaron este momento único para el deporte colombiano. De esos que se cuentan y se conservan sin desgaste alguno aún con el paso de los años.
Los antioqueños pueden anotarse, desde ahora, un logro que hicieron posible gracias a la nobleza y respeto, como buenos anfitriones. Eso fue lo que dejó claro Froome, tras presenciar el fervor de la gente y ya en un encuentro más sosegado con la prensa, acompañado por los ‘capos’ de la competencia. “Para serles sincero venía preparado para un poco de hostilidad por ser rival de estos chicos (los colombianos)”, confesó el líder del Team Sky mientras acariciaba una manilla tricolor en su mano derecha. Para Froome el cariño total que ha recibido es una de las grandes sorpresas en su carrera deportiva.
Y mientras él prometió regresar a estas tierras, con su familia -y de paseo-, Nairo prometió que él y cada uno de los embajadores colombianos del ciclismo harán lo posible para que esta fiesta del ciclismo se replique año tras año. Esa es la verdadera herencia de esta clase de eventos: “ahora los que tanto me han preguntado cómo es Colombia, sabrán de sobra cómo somos”, vaticinó sonriente.