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Dani, de vendedor de dulces a campeón sin límites
Es el tercer colombiano en ganar el Critérium del Dauphiné y se mete en lista de aspirantes a luchar el Tour.
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Martínez es un corredor completo, va bien subiendo y en plano. Lo espera su segundo Tour. FOTO afp
17 de agosto de 2020
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D aniel Felipe Martínez, quien de niño vendía dulces en las afueras de su colegio en Soacha para ayudar a sus padres en la economía del hogar y para “engallar” la bicicleta que le había regalado su hermano Alirio, vio recompensados sus esfuerzos al obtener ayer el título del Critérium del Dauphiné, el más importante hasta ahora en su vertiginosa y ascendente carrera deportiva.
Y eso que su sueño como deportista era integrar las filas de Atlético Nacional como jugador de fútbol. “Desde que tenía 10 años quería ser futbolista, jugaba con mis amigos en el colegio, pero la vida te pone en el camino que mejor te convenga”, confesó Dani, quien le fue cogiendo amor al ciclismo gracias a las invitaciones que Alirio y algunos vecinos le hacían para que los acompañara a rodar los fines de semana por las montañas de su natal Cundinamarca.
“Hay que luchar día a día para conseguir lo que se quiere. Así hay que afrontar la vida, sin miedos ni temores a nada. Cuando miro de dónde vengo me lleno más de motivación”, confesó Martínez en charla reciente con EL COLOMBIANO.
Con ese arrojo, el mismo que evidencia cuando está montado en el caballito de carbono, advierte que “la verdad, no tengo límites, simplemente quiero hacer todo lo que esté a mi alcance física y mentalmente. Solo queda esperar dónde la vida, Dios y mis condiciones me van a llevar”.
Ahora, con 24 años de edad, los últimos seis en el pedalismo de Europa, está en el selecto grupo de los mejores corredores de la actualidad, y su talento y palabras ilusionan con mayores conquistas.
Líder innato
En 2017, en el Tour de l’Avenir, Martínez parecía un director de orquesta en la Selección Colombia de ruta.
Descomplicado, sincero, humilde, generoso, seguro... así se mostró el cundinamarqués en la prueba en la que su compatriota Egan Bernal se llevó los máximos honores al salir campeón y pasar después al World Tour con el hoy Team Ineos.
Martínez, con una silenciosa pero eficaz labor, esperaba con calma su salto de calidad. En ese momento pertenecía al elenco Wilier Triestina de Italia.
Cargando un bafle portátil les bajaba, primero, tensión a sus compañeros poniendo música antes de cada etapa, generalmente reguetón; y luego, en la charla técnica, sentaba posición, con respeto, frente a los planes del entrenador Carlos Mario Jaramillo, para aplicar mejor la estrategia diseñada. “Daniel es un líder, sin duda llegará muy lejos”, vaticinó Jaramillo en esos momentos.
Al año siguiente, la escuadra estadounidense EF Education First, a la que pertenecen Rigoberto Urán y Sergio Higuita, vio en Martínez un corredor con futuro y le ganó el pulso a otros elencos de la primera división que querían ficharlo.
Recoge frutos
Durante la prueba había sido el único colombiano en seguirle el fuerte ritmo a Primoz Roglic, que era líder y con quien cedía 26 segundos. Pero el esloveno, debido a una caída el sábado y por prevención, como informó su equipo Jumbo, se privó de competir en la quinta y última etapa de 153 kilómetros con meta en Mégeve.
“Cuando fui a la firma de planilla y me dicen que Roglic no salía dije: wow”, se asombró Martínez, lamentando la retirada de un valioso oponente, pero entendiendo que debía salir al ataque porque estaba a 12 segundos del nuevo líder en ese instante, el local Thibaut Pinot (Groupama).
“Iba al límite, pero pedaleé con el alma para ganar una de las carreras más lindas del mundo”, manifestó tras arribar segundo en la fracción ganada por el estadounidense Sepp Kuss (Jumbo).
En la general superó a Pinot por 29 segundos y a Guillaume Martin (Cofidis) por 41.
La obtención de un título en un certamen de esta magnitud, en el que la exigencia es máxima por la dureza del recorrido, con alta dosis de montaña, hace pensar que tiene talante para luchar algún día por el Tour, pero es cauto. “Vamos con calma, tenemos objetivos marcados y los pies en la tierra”.
Daniel, quien se radicó en Antioquia al enamorarse de la pistera Laura Melisa Valencia, y con quien tuvo a Isaac, hoy de un año y medio de nacido, vivió por en 2019 un duro momento: durante un entrenamiento en carretera se cayó y se fracturó ambas manos, situación por la que no logró asistir ese año al Tour.
Ahora, de cara a la siguiente edición que comienza el 29 en Niza, ya no llegará como un desconocido. Y de cara a los próximos años, ilusiona en grande tal como lo han hecho Egan Bernal, Nairo Quintana, Rigoberto Urán, Miguel Ángel López y Esteban Chaves, entre otros, quienes le han antecedido múltiples veces en ese lugar donde ayer terminó el Dauphiné: el cajón más alto del podio
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