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La última declaración oficial sobre el torneo de selecciones más antiguo del mundo la dio el pasado martes el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, durante la presentación de “La Gozadera”, canción del torneo:
“Sé que Colombia y Argentina están listas para recibir la Copa América”.
Este jueves, de acuerdo con el canal de deportes argentino VarskySports y luego del consejo ordinario de la entidad, ambos países fueron ratificados como sedes. Sin embargo, anota el medio en su cuenta de Twitter (@VarskySports) que “el monitoreo sobre la situación que se vive en Colombia será constante”.
Y es que lo ocurrido este miércoles en Barranquilla y Pereira, donde los partidos de Copa Libertadores Junior-River Plate y Atlético Nacional-Nacional de Uruguay, respectivamente, se jugaron en medio de las protestas ciudadanas y enfrentamientos con la policía, se convirtió en otro argumento en favor de quienes creen que Colombia no está en condiciones de ser anfitrión del certamen que comenzará el 13 junio.
“Si no hay paz, no hay fútbol”, decía en el aviso de convocatoria al plantón de los barranquilleros previo al juego copero. Mientras tanto, en un comunicado los barristas pereiranos titularon: “Sin justicia no hay fútbol”. Y prosigue... “El fútbol, el deporte más popular, vistoso y con más seguidores en el mundo, no puede servir para desviar o silenciar la atención sobre la situación que vive el pueblo colombiano”. Con todo y eso, los partidos se realizaron.
“Uno no se puede abstraer de lo que está pasando. No es normal venir a jugar un partido de fútbol en una situación tan inestable. No fue normal la previa ni tampoco el partido, los que estuvieron presentes tienen que decir que el partido se jugó con humo de gases lacrimógenos”, señaló el técnico de River, Marcelo Gallardo.
Este jueves en la noche había otra prueba de fuego en la capital atlanticense, sede del duelo América-Mineiro.
Además de estos hechos, está la emergencia sanitaria por la covid-19 en las principales ciudades, donde los expertos señalan que podría agudizarse tras las aglomeraciones en las marchas de los últimos días.
Otra situación compleja tiene que ver con la postura de tres de los principales patrocinadores de la Copa América que, según el diario El Tiempo, manifestaron a la Conmebol que no están dispuestos a participar “en un evento en un país de tal situación de orden público y cuestionado por diferentes organismos internacionales de no respetar los derechos humanos”.
Mientras Colombia sigue monitoreada por la Conmebol, suenan Chile y Paraguay como opciones. La primera, por los avances en el proceso de vacunación contra el virus, y la segunda, porque allí es la casa de esa entidad.
Pero el Gobierno no desiste y en los estadios Metropolitano (Barranquilla), El Campín (Bogotá), Pascual Guerrero (Cali) y Atanasio Girardot (Medellín) continúan las obras para mejorar las luminarias y otros espacios, en lo que invirtió $12.500 millones.
En la historia del torneo, Colombia ha tenido tres veces la sede, pero solo ha organizado una, la de 2001, en medio de problemas de narcotráfico que hicieron que Argentina no viniera. La de 1951 se la quitaron por líos de Dimayor y no se realizó. Y la de 2021, que ya fue aplazada por pandemia (era en 2020), ahora está en suspenso.