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Por juan felipe zuleta valencia
No siempre perder un título significa fracasar. A veces los trofeos son circunstancias que ocurren camino hacia el verdadero objetivo.
Medellín perdió el fin de semana los títulos de Primera A de la Liga Antioqueña y el de la Sub-15 del Torneo Nacional, ambos, ante Atlético Nacional.
Sin embargo, las divisiones inferiores del club rojo volvieron a mostrar este año que van por una senda correcta.
El elenco sub-20 que orienta David Montoya completó dos finales consecutivas (el año pasado fue campeón y este año cayó 1-0), lo cual rompió con una dinámica adversa, pues antes de la consagración en 2018 DIM acumulaba 19 años sin celebraciones en esta categoría en la Liga.
La Sub-15 también resignó la posibilidad de terminar en lo más alto del Torneo Nacional, al caer 4-2 en el global ante el elenco verdolaga, pero mantuvo la línea de trabajo, ahora conducido por Wilmar Valencia, que lo llevó a consagrarse el año pasado en Liga Antioqueña, de la mano de Sebastián Botero.
Pero, cómo lo ratifica el gerente deportivo del club, Juan Bernardo Valencia, la importancia de este proceso, más allá de los títulos, es la hoja de ruta que conduce hacia el equipo profesional.
“Poco a poco, en línea ascendente, hemos logrado una identidad de juego, un ADN que ha marcado el nivel de las fuerzas básicas”, asegura el directivo. El otro logro que se están apuntando es un ítem en el que, a nivel general, el fútbol colombiano mantiene una deuda: la formación integral del deportista.
“Seguimos trabajando en la balanza entre la formación del ser humano y el futbolista. Vemos avances en cómo perciben el profesionalismo, en la importancia de la formación académica, y seguimos trabajando en proyectos enfocados hacia ellos”, sostiene.
La actual administración adelanta convenios para lograr la formación en un segundo idioma para los canteranos.
Sebastián Botero, formador sub-17, también da cuenta de una grata labor en fuerzas básicas: “Me siento tranquilo del trabajo que desarrollamos en todas las categorías y que están apuntando hacia la estructura mental, para la vida y para el juego, de nuestros jóvenes”.
Pero, al final, lo que cuenta para el hincha son las evidencias. Desde 2018, doce canteranos hicieron su debut profesional. Sí, es apenas el primer paso de otro largo camino que es la consolidación, pero hay señales que evidencian que la cantera roja despertó definitivamente del letargo de hace unos años n