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La derrota que Cúcuta le propinó a Nacional no solo acabó con el último invicto que quedaba en la Liga, sino que fue un resultado con amplia repercusión en el panorama de la Liga porque ratificó que actualmente no hay equipos con aspiraciones sólidas para ganar el torneo.
Y es que en el certamen reina la irregularidad. Muestra de ello es que Junior, vigente bicampeón, está fuera de los ocho; otros dos elencos tradicionales, Medellín y Santa Fe, están relegados de los puestos de clasificación, y el que cierra el grupo de los ocho, Tolima, tiene un rendimiento que apenas supera el 45 por ciento.
En medio de dicha irregularidad destaca la reacción de Cúcuta Deportivo, que hace un mes se quedó sin técnico tras perder el clásico ante Bucaramanga, pero que desde entonces acumula seis partidos invicto con cuatro triunfos y dos empates, lo que lo catapultó del undécimo al segundo lugar.
Lo más ponderable es el desempeño de Alianza Petrolera, que arrancó el semestre en la última casilla de la tabla del descenso y hoy comanda la Liga en solitario y está ahora a seis unidades de puestos de descenso.
“Nuestra clave ha sido hacernos fuertes con la adversidad. Hace cinco meses la presión estuvo a punto de cortar este proceso. La hinchada pedía cambios y el equipo no reaccionaba. Pero nos fortalecimos futbolística y mentalmente. Asumimos de forma muy tranquila cada juego”, expresó el técnico César Torres.
Precisamente Alianza será el rival ante el cual retornará Juan Carlos Osorio cuando retome las riendas de Atlético Nacional desde la raya técnica tras cumplir su sanción de dos meses.
El encuentro será en la fecha 14, en Barrancabermeja, y además de la posibilidad de disputar la supremacía en la parte alta del torneo, le permitirá a Alianza intentar quitarse de encima la paternidad verdolaga, pues los aurinegros jamás han podido vencer al cuadro verde y suman, desde que ascendieron en 2013, once derrotas y dos empates. En los módulos se exponen cinco puntos de análisis de la actual Liga.