Ni la famosa maldición del garabato impidió que el América de Cali venciera 2-1 al Quindío el pasado 27 de noviembre para dejar atrás cinco años de sinsabores y hoy volver a jugar en la primera división, en la que no actuaba desde el 17 de diciembre de 2011, día en el que descendió tras caer por penaltis 4-3 con Patriotas.
Las lágrimas de los hinchas escarlatas en esa jornada contrastan con el entusiasmo de hoy cuando reciban al Rionegro (5:00 p.m.) en el estadio Pascual Guerrero.
“Logramos lo que queríamos gracias a la afición, los jugadores, los directivos y la prensa local. Ahora no podemos aflojar, porque vamos a salir con el objetivo de ser campeones”, dijo el técnico Hernán Torres.
El entrenador tolimense inicia la labor después de haber logrado lo que no pudieron otros entrenadores como Eduardo Lara, Diego Umaña, Luis Augusto García, Fernando Velasco y José Alberto Suárez, quienes no alcanzaron el objetivo de ascender durante ese lustro.
Lo positivo que le dejó la B al América fueron unas finanzas saneadas y una experiencia de fortaleza y paciencia. Así como la confirmación de que tiene una de las mejores y más fieles hinchadas del país.
“Cuando salgamos a jugar ante Rionegro por fin vamos a creer lo que hemos logrado. Fue muy grande, pusimos al América en donde siempre tuvo que estar y ahora vamos a buscar el título”, dijo el experimentado mediocampista David Ferreira.
Hoy se esperan más de 33 mil espectadores en el estadio Pascual Guerrero, en una jornada histórica para los escarlatas que en esta Liga Águila-1 quieren tocar el cielo después de haber pasado cinco años en un infierno.