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La Dimayor definió ayer las sanciones por los hechos sucedidos en el último partido de la Superliga entre Nacional y Millonarios en el estadio Atanasio Girardot.
Atlético Nacional fue sancionado con $7.031.178 pesos y dos fechas de suspensión para las tribunas de sur y occidental, por el ingreso de espectadores al terreno de juego, lanzamiento de objetos y gritos injuriosos.
Millonarios también fue sancionado con tres millones novecientos seis mil doscientos diez pesos de multa por incumplir con las normas relacionadas con la organización de partidos y protocolos de premiación por cuanto existió ingreso de familiares de los jugadores al terreno de juego.
Mientras que, su capitán, Andrés Cadavid, recibió un castigo de dos fechas de suspensión, de carácter inmediato. Así mismo, con quinientos veinte mil ochocientos veintiocho pesos de multa.
Esta determinación se debe por emplear lenguaje ofensivo y por haber tenido una reacción agresiva y desmedida contra un oficial, personal de logística y seguridad del club local.
Castigar no está mal y es el deber de la Dimayor (señalan los estatutos). Sin embargo, antes de implementar el enrolamiento y la carnetización desde esa entidad se dijo que esos procesos se llevaban a cabo para poder individualizar a revoltosos y para que como reza el dicho “no paguen justos por pecadores”.
De inmediato la reacción de los hinchas no se hizo esperar. Juan Quintero se pregunta ¿por qué por unos disociadores que se meten a la cancha, otros insultan y tiran cosas, se cierra una tribuna completa?
“¿No fue para eso que se inventaron el carné, para individualizar a quienes causen disturbios? los hinchas pagamos $12.000 y la Dimayor recaudó unos $480.000.000 solo con hinchas de Nacional”.
Quintero, que es habitual en la tribuna occidental del estadio, agregó que al momento del pleito en la final de Superliga, él estaba a 10 cuadras del estadio y no entiende porqué también recibirá esa sanción.
Como él fueron muchos los hinchas que se pronunciaron en las redes sociales al respecto.
Quisimos consultar la opinión del presidente de la Dimayor, Jorge Perdomo, pero no contestó su teléfono.
Esta es la segunda polémica que ocurre con el proceso de enrolamiento después de que la semana pasada no dejaron entrar a unos turistas al duelo entre Nacional y Santa Fe, porque no estaban carnetizados.
El único avance en este caso es que Dimayor no definió una sanción de puntos en Liga como acostumbraba en otras ocasiones. Esto debido a que los hechos se produjeron en un torneo distinto. Habrá que esperar entonces si realmente el enrolamiento puede controlar a los violentos o es otra medida de paños tibios no más.