viernes
7 y 9
7 y 9
En dos meses, dice Dimayor,
los clubes ya
no podrán sostenerse.
“Es que esto es una empresa privada, así que solo es que me digan a dónde les mando la factura y se les pasa. Si es al Gobierno, a ellos será”, así respondió Jorge Enrique Vélez, el 19 de diciembre pasado, a la propuesta del Centro Democrático, partido de Gobierno, de incluir entre la Ley de Crecimiento (reforma tributaria), la posibilidad de que uno de los partidos de cada jornada de la Liga se transmitiera por señal abierta.
La iniciativa se atenía a la premisa de que el fútbol es un tema de interés público y que ante la medida de privatizar su transmisión televisiva mediante el canal premium, un gran número de colombianos tendría una afectación.
Debido a aquella respuesta y al énfasis que hizo Vélez en posteriores declaraciones para recordar el carácter privado del balompié colombiano, sorprendió ampliamente a la afición y opinión pública la solicitud de Dimayor, mediante comunicado, pidiendo al Gobierno que dirige Iván Duque un salvavidas para solventar “las dificultades económicas que afrontan los clubes del rentado nacional, por la emergencia sanitaria que ha ocasionado la pandemia del covid-19 en el territorio colombiano”.
En la carta de Dimayor se estima que las pérdidas los clubes durante el tiempo de inactividad serán de 80 mil millones de pesos, ante lo cual, aclara el comunicado, no se está pidiendo dinero al Gobierno sino créditos flexibles y otras medidas de carácter fiscal y administrativas.
Consultado, Vélez recalcó la difícil situación de los clubes nacionales. “Con la falta de ingresos actuales los clubes podrían sobrevivir poco más de dos meses”, dijo.
Por ello, el dirigente recalcó que de obtener el crédito solicitado al Estado todos los equipos, sin excepcion alguna, deberán quedar a paz y salvo con sus responsabilidades salariales con sus empleados.
Es de anotar que los clubes colombianos han emprendido una serie de acciones respecto a los salarios de sus futbolistas para intentar palear la situación financiera.
Entre los que han atravesado la crisis de forma menos traumática está Nacional, que decidió mantener sin variaciones los sueldos de los jugadores, aunque estos se mostraron prestos a aceptar rebajas para aportar soluciones al problema.
Millonarios y América, por su parte, fueron los primeros en anunciar acuerdos con los deportistas para rebajar salarios y así tener recursos para garantizar su oportuna respuesta con los gastos administrativos, al menos, hasta mayo.
Otros presidentes de equipos han sido más pesimistas en sus declaraciones, como Marco Caicedo, máximo dirigente del Cali, quien aseguró que después de pagar la última quincena de marzo la institución azucarera quedará en insolvencia.
Hay otros casos más drásticos, como el de Jaguares, que decidió suspender temporalmente el contrato de los 13 futbolistas que más devengan.
El director ejecutivo de Acolfutpro, Carlos González Puche, insiste en que cualquier reducción del salario y mucho menos modificación o suspensión de contratos es improcedente y que realmente los clubes no están perdiendo dinero sino que tardarán más tiempo en recibirlo, pues los partidos pendientes se realizarán y estos traerán los recursos provenientes de televisión y patrocinios.
De ser así, y en caso de que el gobierno acceda a la solicitud, los clubes podrían resolver sus obligaciones de funcionamiento durante el receso y una vez se reanude la competencia saldar el monto del préstamo realizado por el Gobierno.
La conclusión de todo esto, según el mismo Jorge Enrique Vélez lo reconoce, es un llamado a la reflexión y la humildad. Tanto él, criticado abiertamente por sus declaraciones y posturas, como cada persona involucrada en el fútbol, deben entender que una vez termine la crisis este deporte debe cambiar profundamente.
“Salarios, costos, formas, patrocinios, todo debe ser revisado por el bien del mismo fútbol”, precisó.