viernes
7 y 9
7 y 9
Para los que se preocupan por
el relevo en selección de mayores, acá
un ejemplo de proyectos exitosos.
Maireth Pérez y Ana Ortega son dos colombianas que se proyectan como futbolistas profesionales, y tienen algo en común: siendo jóvenes dejaron sus familias y emigraron a Medellín en busca de oportunidades.
Ya han pasado varios años desde que tomaron la que para ellas fue “una difícil decisión” y gracias a su talento y rendimiento se mantienen firmes en sus objetivos.
Ellas son dos ejemplos de los procesos que se llevan a cabo en el país, donde el balompié femenino continúa su lucha para ganar espacios y evitar discriminaciones, como la más reciente del presidente del Tolima, Gabriel Camargo, que generó un rechazo generalizado en el país.
En Antioquia hay proyectos sólidos en Formas Íntimas, Marmar (Margarita Martínez), Rionegro y Atlético Nacional, por solo mencionar los más afianzados. En Bogotá se cuenta Gol Start; en el Valle la escuela Sarmiento Lora y Generaciones Palmiranas; Estudiantes de Tolima, Academia Kelly Peduzinne de Barranquilla, La Villa F.C. de Cartagena y Botín de Oro en Santander.
“Aunque hay 8 o 9 con más trayectoria en Antioquia, en todo el territorio nacional tenemos cerca de 20 o 30 equipos representativos que le han metido la ficha al balompié femenino”, comenta Liliana Zapata, manager del club Formas Íntimas.
Según esta dirigente, también se ha incrementado el número de entrenadores y ya está cerca del centenar. A propósito, el técnico paisa Álvaro Restrepo señala que aparte del impulso que deben dar la Federación Colombiana de Fútbol (Colfútbol) y la división aficionada (Difútbol), es necesario incrementar la capacitación: “Necesitamos entrenadores que conozcan a fondo las bases y la manera de orientar los procesos, actuar sin egoísmos y unir fuerzas, podemos mejorar mucho”.
Advierte que la Liga Femenina ha dado un impulso grande y que es necesario seguir buscando en todas las regiones para descubrir talentos como Maireth y Ana, para garantizar el relevo a la actual generación.
Maireth nació hace 17 años en Valledupar y seis temporadas atrás se radicó en Medellín luego del ofrecimiento que le hizo el club Formas Íntimas, que desarrolla un proyecto deportivo y social con reconocimiento en Colombia.
Empezó jugando el Baby fútbol y vivió un tiempo en una casa-hogar del equipo. Ante la falta de sus padres, regresó a su cuna, pero después retornó a la capital paisa con la condición de que estaría acompañada de mamá y papá (Luz Dary y Gustavo), a quienes el club les ayudó con empleos. También le colaboraron a su hermana Margy con una beca de estudio y esta, además, se convirtió en árbitro de fútbol.
Maireth progresó y fue convocada a los seleccionados de Antioquia y Colombia, y fue la goleadora del Sudamericano sub-17 en Argentina, donde se alcanzó el cupo al Mundial de Uruguay que se jugó en noviembre.
A Ana Ortega sus compañeras le dicen Messi y tiene 18 años. En 2014 vino a una prueba con un equipo de Chigorodó y de inmediato el entrenador del club Molino Viejo, Álvaro Restrepo, le ofreció quedarse. Tras recibir la autorización de sus padres que viven en El Carmen del Darién, Chocó, la mediocampista zurda fue instalada en una casa de familia (mecanismo que utiliza este club para hospedar a los deportistas de otras regiones), en la que la tratan como en su hogar.
A la par con el fútbol estudió el bachillerato y ahora cursa Deportes y Entrenamiento.
También integró la Selección Antioquia y jugó futsal con Colombia. “Quiero ser jugadora profesional y ayudarles económicamente a mis padres, a quienes visito durante las vacaciones”, dice.
Maireth y Ana, dos mujeres que encontraron en el fútbol una opción de vida y con su talento contribuyen al crecimiento de este deporte en el país.