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Resultados y estilo, la herencia de Pekerman a Colombia

Oficialmente el contrato del argentino finaliza hoy, y con este, seis años de un período decisivo, entre aciertos y errores, para el equipo tricolor.

  • José Pekerman
    José Pekerman
Resultados y estilo, la herencia de Pekerman a Colombia
31 de agosto de 2018
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Cuando el argentino José Pekerman llegó al banquillo de Colombia, en febrero de 2012, el mundo del fútbol se deleitaba con el estilo lírico y revolucionario del español Pep Guardiola en el Barcelona, que echó por tierra los esquemas defensivos —con un alto componente físico— que proliferaron en la primera década del Siglo 21.

El estilo que privilegia la táctica por encima de la técnica se diseminó en Europa y Suramérica, avalado por triunfos como el de Grecia en la Euro 2004 y el de Italia en el Mundial 2006. Incluso, esa corriente defensiva caló tanto que en la Champions League de 2003 se registró el promedio de gol más bajo en la historia del torneo bajo el actual formato (2,46 por juego).

Un análisis estadístico posterior de la Uefa (Unión Europea de Fútbol Asociado) determinó que en dicho torneo, que ganaría el Porto del luso José Mourinho, técnico símbolo del pragmatismo, un 63 % de los 203 partidos disputados fueron ganados por equipos que tuvieron menos opciones de gol que sus rivales.

Pero el declive de este fenómeno llegó con la irrupción de Guardiola en el Barça, aunque ya el también ibérico Luis Aragonés, con la Selección española, había dado los primeros trazos de rebeldía desempolvando la vieja formación 4-3-3, usual en décadas en que el balompié era más recreativo como en los 70.

Entonces surgió una idea: el futuro de este deporte solo podía garantizarse con un cambio que llevara mayor espectáculo al aficionado.

Hizo, entonces, su aparición en la sociedad europea el “tiki taka” que, básicamente, reivindicaba el fútbol colectivo con vocación ofensiva, sumándole algunos conceptos tradicionales del viejo continente como la presión alta. Algo que el fútbol colombiano promulgó 20 años atrás y que ahora se mostraba como el porvenir en todo el planeta.

Cambio de era

Con ese panorama llegó Pekerman a dirigir a una Selección carente de una identidad y que en los últimos diez años había tenido siete procesos diferentes con entrenadores de conceptos y estilos tan dispares como es posible.

“Pekerman era un técnico cotizado por lo que había hecho con Argentina en mundiales juveniles. Pero creo que lo que lo trajo a Colombia es que avizoró que con las tendencias que dominaban en ese entonces: fútbol de toque, de riqueza individual y colectiva, él podía resaltar con unos jugadores que llevaban esa huella en la sangre. Si otras selecciones acostumbradas a un fútbol diferente lo estaban intentado, por qué él, que tenía el recurso humano, no iba a lograrlo”, expone el técnico Néstor Otero.

Durante su primera Eliminatoria al frente del combinado tricolor, el argentino institucionalizó la formación 4-2-2-2, una declaración de intenciones básica: tener más hombres en doble función para ejercer un control del juego privando al rival del balón la mayor parte del tiempo.

La evolución esperada de su elección de juego la dio en el Mundial de Brasil y fue la responsable de los mejores momentos del equipo. El esquema 4-2-3-1 que llevó a Colombia a la cima de su rendimiento había demostrado su éxito en el Mundial de Sudáfrica 2010, tanto así que tres de las cuatro selecciones que disputaron la semifinal en dicha edición aplicaron este principio táctico.

“Esa formación consiste en controlar la mitad del campo y volver la acción defensiva de recuperación y la ofensiva de crear, en una secuencia rápida. De ahí que todos los volantes y hasta los delanteros requirieran del despliegue que tuvo Colombia en sus mejores momentos y que no es tan común en nuestros futbolistas”, explica el técnico Miguel Augusto Prince.

Y es ahí, donde radica, según Prince, la importancia de Pekerman. “Él gestionó de gran forma las cualidades y potencialidades del jugador de la Selección”.

Aún así, lo que logró en la cancha nunca pudo convertirlo en un proyecto que arropara al fútbol colombiano. En ese mismo período que estuvo el argentino al frente de la Tricolor, el fútbol alemán, por citar un ejemplo, cambió el ADN de sus jugadores, otrora extremadamente físicos y poco talentosos con el balón, creando centros de desarrollo con apoyo de los clubes y bajo parámetros establecidos por el técnico nacional Joachim Low, que buscaban mejorar la condición técnica de los futbolistas. Hoy, los alemanes son sinónimo de un fútbol exquisito en el mundo.

Guardando las proporciones en relación con los recursos, Colombia careció de un proyecto semejante. Pero, sin duda, que hoy la exigencia sea alta para el seleccionado se debe, en gran medida, al listón que puso el argentino con esta generación de jugadores, comprendiendo a la perfección el entorno de la competencia internacional y sacándole el máximo provecho con el recurso con el cual contaba.

Solo el juicio imparcial del tiempo y el porvenir de Colombia en los años venideros dirán cuál fue el legado de Pekerman

2400
días duró como técnico de Colombia José Pekerman. En ese mismo lapso, Argentina tuvo 4 entrenadores.
Infográfico

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