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Tres lesiones musculares simultáneas es el indicio de que a la plantilla del Medellín le costó el cambio del método de trabajo físico propuesto por Ricardo Calle y Leny Maturana.
Elvis Perlaza, por una lesión en el biceps femoral del muslo derecho; Sebastián Macías, con problemas en la zona iliaca y Héctor Urrego, con una afectación en el sóleo y el gémelo de la pierna derecha, quedaron por fuera de las dos fechas restantes, acusando un desgaste que se evidencia, no solo en ellos, sino en el comportamiento del equipo en el campo. Así que para enfrentar al Huila, mañana en el Atanasio Girardot, el técnico encargado tendrá que buscar las variantes acertadas para, al menos, mantener el invicto en condición de local.
Inmediatamente después de la derrota en el clásico ante Nacional, la hinchada roja solicitó a Calle que, en vista de las escasas posibilidades de clasificar, le diera la oportunidad a los jóvenes, quienes independientemente de cómo se refuerce el equipo, son la única certeza que tiene el club para afrontar el segundo semestre.
Guillermo Tegue (19 años), Brayan Castrillón (20 años), Wilson López (22), Stiven Rodríguez (20), Cristian Echavarría (21), Yesid Díaz (21), Juan Cuesta (17) y Edwin Mosquera (17), jugadores de la entraña del club que trabajaron este semestre con el grupo profesional y que necesitan entrar en los planes deportivos para hacer valer el trabajo realizado desde las inferiores y que, según el presidente Michael Gil, es la gran apuesta institucional.
La petición del aficionado tiene asidero; jugadores como Dairon Mosquera, Jonathan Marulanda y Héctor Urrego llegaron en condición de cedidos, en tanto que Diego Arias y William Arboleda recalaron en el cuadro rojo como agentes libres. Ninguno ha destacado en el semestre, así que su bajo desempeño, sumado a su condición contractual, no le dejarían aporte alguno a la institución.
Los canteranos, por otra parte, son activos del club y en los escasos minutos de participación demostraron cualidades explotables con trabajo, continuidad y la acertada conducción del cuerpo técnico entrante.
Por eso, no sería descabellado darles rodaje a la mayor cantidad posible de juveniles en los dos juegos restantes, ante Huila y Tolima.
A simple vista, las declaraciones del entrenador encargado tras el empate contra Alianza Petrolera fueron las usuales en estos casos: “Estamos tristes...teníamos la ilusión...disculpas a la hinchada”. Sin embargo, Calle echó la vista atrás y criticó los 10 puntos que se perdieron en casa mientras dirigía Octavio Zambrano. “Hoy estamos pagando el precio de eso”, dijo en una declaración que suena a disculpa, pues cuando asumió el cargo tenía 21 puntos por delante y manifestó abiertamente su confianza en avanzar.
Por lo tanto, no parece coherente que intente restarse responsabilidad. Entre otras cosas porque con él, el DIM agravó su campaña en condición de visitante con un punto de 9 posibles.
Medellín podría llegar mañana a los 30 partidos sin caer en el Atanasio Girardot y a 38 encuentros marcando de forma consecutiva. Más que un consuelo, el triunfo sería una forma de gratitud mínima hacia la hinchada que se comportó de buena forma.
Y, aunque utópica, también está la posibilidad matemática de clasificar si se dan seis resultados: que el Magdalena derrote al Caldas, pero pierda con Bucaramanga; que Cúcuta no sume más de tres puntos ante América y Junior; que Tolima le gane a Patriotas y, obvio, que el DIM saque seis puntos ante Huila y Tolima.
El problema es que mentalmente el equipo ya tiró la toalla tras el empate en Barranca y “reprogramarse” para sentirse aún en competencia no será fácil. De todos modos, otra actitud diferente a una entrega total mañana, en su feudo, es inadmisible.