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Está claro que el 2017 no es el año que Caterine Ibargüen mirará con agrado en su calendario: en sus dos objetivos principales -Liga Diamante y Mundial- no pudo defender con éxito su trono.
Luego de obtener una meritoria medalla de plata en el Mundial de Londres, sucumbiendo ante Yulimar Rojas, la colombiana tampoco pudo llegar al pentacampeonato en la parada final de Diamante, ayer en Zúrich (Suiza).
Tras terminar tercera (14,48 metros), perdiendo con Olga Rypakova (14,55 m -oro-) y Rojas (14,52 m -plata-), surgieron las dudas por el estado actual de la campeona olímpica del salto triple en Río de Janeiro.
Wílder Zapata, el entrenador de atletismo que la descubrió en Apartadó, explica que es natural que ocurran estos resultados, sobre todo cuando se habla de deportes.
Además, comenta que el bajón en las marcas -su mejor registro en 2017 ha sido 14,89 m, menor a los 15,17 m de 2016- es un proceso de disminución de cargas que asumen los atletas.
“Ella trabajó fuerte para el Mundial y allí es donde se dio su mejor registro, pero el cuerpo les pide después bajar la carga de trabajo y solo trabajar para mantenerse estable”, es la conclusión de Zapata.
Aún así, apunta, hay otros factores como la aparición de una rival poderosa (Yulimar) y la edad, la cual solo le permitiría llegar en buenas condiciones a Tokio-2020.
Otro de los temas que generan dudas es el impacto que estos resultados puedan tener en la mente de Ibargüen.
No obstante, Luis Alfonso Sosa, sicólogo y motivador, dice que los gestos de Caterine demuestran que ella asume la competencia con la misma alegría y con la misma capacidad mental.
“Es una mujer caracterizada por la alegría, el espíritu de superación, formación académica y su fortaleza, por lo que ella asimila con tranquilidad el que haya sido superada y que su nivel no sea el mejor, lo que le ayuda a mejorar en próximas ocasiones”, explica.
Además, agrega, es normal que el rendimiento óptimo tenga ese “tipo de huecos” y que la aparición de Yulimar es beneficiosa para ella, bien aceptada y que le sirve para cada día encontrar un motivo para luchar. “Reconoce que las otras vienen en alza”, finaliza.