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Cuando se quedaron nuevamente a las puertas de entrar al Torneo de Maestros, como una de las mejores ocho duplas del año anterior, Sebastián Cabal, sereno y lúcido, atinó a asegurar que para 2018 apuntarían a ganar los Grand Slam y que, siempre y cuando las lesiones no aparecieran, estaba confiado en poder lograrlo.
Más atrás, en 2016, luego de quedar eliminados en segunda ronda de los Juegos Olímpicos, Robert Farah declaró sentirse orgulloso, pese a quedar fuera de la lucha por las medallas en Río de Janeiro, por haber derrotado con autoridad en primera ronda a la mejor dupla del momento, los franceses Pierre Hebert-Hugues y Nicolás Mahut.
Esa capacidad de ambos para ver el vaso medio lleno en las situaciones adversas ha sido determinante para mantenerse vigentes en el selecto lote que disputa los títulos en el circuito de dobles.
Y esa paciencia y avidez por prepararse y perfeccionar su tenis, les entregaron a los caleños su más importante logro hasta ahora en su carrera.
Tras cabalgar el torneo, Cabal y Farah enfrentarán mañana a las 4:45 a.m., al austriaco Oliver Marach y el croata Mate Pavic, en la final del Abierto de Australia.
Los ganadores de dos títulos ATP 250 esta temporada son los únicos que podrían impedir que Colombia tenga su primer título de Grand Slam en dobles con una pareja netamente nacional.
Dos colombianos alzaron títulos de Grand Slam, pero lo hicieron en dobles mixtos y con parejas extranjeras.
El primero fue el antioqueño Iván Molina, quien se dio el lujo de hacer dúo durante años con la legendaria Martina Navratilova, con quien ganó Roland Garros en 1974.
43 años después, Cabal igualó el registro de Molina, ganando el Abierto australiano, la temporada pasada, con la estadounidense Abigail Spears.
Ahora, dos tenistas nacidos en la tierra, podrían protagonizar un momento cuya importancia va más allá de alzar un título.
“Esto abre puertas para el futuro del tenis colombiano y las siguientes camadas. Esto demuestra que vamos por el buen camino”, aseguró un eufórico Cabal.
Mañana en la madrugada seguramente muchos colombianos se levantarán para apoyar, al otro lado del mundo, el objetivo de dos amigos.
“Estamos muy agradecidos por el cariño que hemos sentido desde Colombia y acá mismo en Melbourne”, expresó Farah, quien ofrendó este inédito paso a todo el país.
“El esfuerzo que hacemos es para poner a nuestro país en lo más alto”, concluyó.
De tanto buscarlo, Cabal y Farah están cerca de realizar su sueño