El 8 de septiembre de 2019, Susana Torres se despertó muy temprano. Era domingo, día de descanso, pero para ella era el día de alcanzar un objetivo.
Llegó rápido a La Alpujarra, se hizo espacio entre la marea humana y a las 6:00 a.m. arrancó. Ella era una de las 15 mil participantes que esa mañana corrían la Maratón Medellín, la carrera de calle más importante de la ciudad y que en esa ocasión celebraba sus 25 años de creación.
Fue la última vez que Susana corrió en medio de una multitud. El coronavirus y la pandemia llegaron al país y cambiaron todo lo que hasta ese momento parecía normal, como correr.
Estuvo varios meses en casa, no podía hacer actividad física como estaba acostumbrada así que recurrió a otros métodos para mantenerse activa. Los ejercicios de fortalecimiento le ayudaron a permanecer fuerte y con la esperanza de volver a correr. Y lo pudo hacer un año después también en la Maratón Medellín, pero sin la emoción del encuentro con los otros que compartían su misma afición.
La prueba no tenía fecha establecida, ni punto de partida o de llegada, la distancia que recorría en un día la pudo hacer en tres y el reloj dejó de ser juez para convertirse en aliado. Así cambiaron las tradicionales carreras de calle con la pandemia y a eso Susana y quienes disfrutan de ellas tuvieron que adaptarse.
“Aprendí a entrenar y a participar en competencias completamente sola, a moderar la respiración y el ritmo cuando lo hago con tapabocas y a que una ruta cerca de la casa puede ser la mejor pista para correr”, comenta Susana, de 28 años.
Todas esas enseñanzas las aplica a sus entrenamientos y más ahora que se acerca una nueva competencia: el Reto Medallo, el primero de cuatro desafíos que organiza la Maratón Medellín este año como preparación para la edición 27 del evento, pactado para el mes de septiembre.
Este primer reto, que se puede completar hasta el 4 de abril en las distancias de 7 y 14 kilómetros, abrió la temporada de carreras en la ciudad y es la tercera del área metropolitana tras la realización de Trepadores a La Catedral, en Envigado y la Maratón del Valle de Aburrá que se disputó el pasado fin de semana entre Barbosa y Bello.
Aunque las dos primeras competencias se hicieron con un aforo limitado, el Reto Medallo seguirá siendo virtual y flexible en horarios y rutas para que no se generen aglomeraciones.
Sin embargo, a diferencia de los dos eventos que Maratón Medellín realizó en 2020, el Reto cuenta con un recorrido sugerido: la avenida Las Palmas, lo que para Susana, quien correrá los 7 km, se convierte en un verdadero reto.
“Ya corrí en Palmas hace unos años y es una ruta con mucho desnivel, el objetivo es terminarlo, no importa en cuanto tiempo lo haga”, expresa Susana, que comenzó a participar en estas competencias desde 2016.
Aunque años atrás Susana siempre estaba pendiente de sus tiempos en competencia, en medio de la pandemia, asegura que no es su prioridad, ese ha sido el gran cambio para ella en esta “nueva normalidad”.
“Las carreras ahora se convirtieron más en un reto de terminar. Estaba acostumbrada a participar en pruebas para mejorar mis tiempos, pero ahora siento que se corre por demostrarse a sí mismo que se puede, por disfrutar la pasión del deporte y por mantenerse activo”, cuenta Susana, quien vive en el municipio de Envigado.
Por eso, el primer fin de semana de abril, cuando esté lista para realizar la prueba, no estará pendiente del reloj, solo “haré mi mayor esfuerzo para terminar”.
Tras participar en el primer Reto Medallo, Susana continuará entrenando para actuar en los siguientes desafíos, los cuales están programados entre el 10 y 20 de julio (9 km), 16 y 24 de octubre (12 km) y del 27 de noviembre al 5 de diciembre (15 km).