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La vida de Santiago Arias Muñoz ha estado ligada al agua desde antes de nacer, pues sus padres Neber Arias, entrenador de la Selección Antioquia de carreras y su mamá, Dora Luz Muñoz quien fue durante 12 años instructora de la Liga, han tenido a las piscinas como epicentro.
Eso hizo que Santiago, desde los 3 años y medio empezara a lanzarse al agua sin miedo y comenzara su proceso en la escuela de la Liga.
Tanto su papá como otros entrenadores exaltan las condiciones innatas de Santiago para las actividades acuáticas, y su arrojo para los clavados, teniendo como inspiración y ejemplo a seguir a su hermano Alejandro Arias, campeón mundial juvenil.
En los saltos tuvo una carrera muy prometedora, pues rápidamente fue el mejor de su categoría y estuvo representando a Colombia en varios eventos internacionales, alcanzando medallas doradas en Copas Pacífico y torneos Interligas e Interclubes.
Con la mira pues siempre en lo más alto, pero escalando paso a paso, Santiago se fue consolidando en los saltos infantiles y juveniles, demostrando su potencia.
Con lo que no contaba era con la aparición de una lesión que lo hizo caer desde lo más alto.
Le diagnosticaron espondilolistesis lítica grado tres (que consiste en el desplazamiento de una vértebra sobre otra y se numera hasta cinco grados según la distancia que se haya deslizado, siendo uno la menor y cinco la más compleja).
Al parecer, los impactos en el agua que Santiago acumuló (competía en las pruebas de trampolín de uno y tres metros, y plataforma, 10 metros) hicieron que las condiciones de la lesión se hicieran más evidentes y dolorosas.
Para Santiago, quien estaba acostumbrado a ser reconocido como uno de los deportistas del relevo generacional, las palabras del médico: “no puedes seguir en clavados”, fueron como una piedra que lo aplastó.
“Ese proceso no fue fácil, afortunadamente Lina Orrego, sicóloga de la Liga me ayudó bastante y empezamos a mirar qué tipo de deporte acuático me servía, pues lo único que tenía claro era que no quería dejar de entrenar”, recuerda el deportista.
Fue así como surgieron las opciones de natación carreras y artística, siendo esta última la elegida por el nadador.
Pronto supo que en ese deporte podría estar su futuro y fue así como tras analizarlo se aventuró por esta modalidad, contando con el respaldo de sus padres, quienes solo le pidieron: “ser feliz y disfrutar”.
De esta manera, Santiago inició el proceso con las entrenadoras Carolina Acevedo y Valeria Arévalo, junto a Shara Múnera, coordinadora de la selección Antioquia.
Ha hecho un gran esfuerzo por alcanzar un alto nivel, pues quiere darle muy pronto medallas a Antioquia y lograr un cupo en la selección Colombia.
Se ha esforzado, ha luchado y ha vencido varios temores, uno de ellos la timidez para expresarse bajo el agua, pues sabe que es uno de los factores que más evalúan los jueces.
La técnica de los clavados le ha servido para tener esa potencia en los pies, la postura y la elasticidad para elongar sus extremidades, mientras que le ha tocado esforzarse para mejorar la resistencia.
Está feliz, sigue en el agua, su lugar favorito del mundo y haciendo lo que ama.
Al terminar su colegio (se graduó el año pasado del Ferrini), decidió darse un año sabático, dedicado solo al deporte, pues quiere ser el mejor y en eso está concentrado