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Entre las 100 mejores tenistas del mundo no aparece una sola jugadora suramericana, y entre las 200 primeras, solo hay tres.
La mejor de ellas es la colombiana Mariana Duque, quien se ubica en la casilla 127 esta semana. Las otras dos son la brasileña Beatriz Haddad Maia (192) y la paraguaya Verónica Cepede Royg (193).
Consolidarse se ve como una ilusión, no obstante, y pese a las vicisitudes que se presentan en esta parte del continente americano, como lo expresan las deportistas, siguen luchando para escalar en un deporte en el que la estadounidense Serena Williams se reafirma en el primer lugar.
Duque, quien ocupó el puesto 9o el 28 de octubre de 2013, manifiesta que es más difícil entrar al selecto grupo de las 100 que salir del clan de las 20 primeras. “Ahora el sistema de la WTA está muy complicado. Han rebajado muchísimo los puntos de las primeras rondas”, dice la mejor colombiana en el Seguros Bolívar Open que termina hoy en el Club Campestre de Medellín.
Duque y otras colegas ahondan sobre el tema, y dan razones del porqué el tenis suramericano ha desaparecido de los puestos de vanguardia. “Hace falta tener más consistencia en los torneos”, agrega Mariana, una de las pocas tenistas del país que cuenta con el respaldo de un patrocinador, como es Colsanitas.
Obstáculos en el camino
El factor económico ha sido uno de los dolores de cabeza para las deportistas, como lo señala Catalina Castaño, quien esta semana, después de 21 años de carrera deportiva, le dijo adiós al tenis, disciplina en la que alcanzó la casilla 35 en el 2006.
“Puede haber mucho talento, pero si no hay apoyo es muy difícil salir adelante. Muchas jugadoras buenas optan mejor por retirarse porque no encuentran una salida a esta situación”, dice Castaño, quien agrega que la falta de continuidad en los eventos perjudica notablemente para ascender en el ranquin.
Señala que, en comparación con los hombres, hay menos torneos para las mujeres y, además, reitera que las damas son más sentimentales. “Para triunfar en esta parte del mundo deben tener mucha garra, para decir me voy dos o más meses de la casa, eso no lo hace cualquiera”.
En ese sentido, la brasileña Paula Goncalves, 270 de la WTA, explica que las tenistas europeas tienen más oportunidades de competir. “Viajan de país en país sin inconvenientes, allá todo es más cerca, mientras aquí no, y todo es muy costoso. Ellas pueden regresar a sus hogares rápidamente, pero para las suramericanas es más complicado, esa es una de las diferencias”.
Aunque saben que en la actualidad es complicado consolidarse entre las mejores del mundo, como lo demuestra Serena Williams (número uno), las suramericanas continúan luchando para que su talento sea valorado y puedan escalar alto como lo hicieron antes otras colegas.