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Por JHEYNER A. DURANGO HURTADO
Brandon Rivera, la nueva contratación del Team Ineos, la escuadra más poderosa del pedalismo mundial, confiesa que hace menos de dos años estuvo a punto de decirle adiós al ciclismo.
En charla con EL COLOMBIANO, el corredor que nació en Zipaquirá hace 23 años, recuerda los momentos difíciles que lo pusieron a dudar sobre sus alcances deportivos, pero también de cómo recobró la confianza para superar la adversidad y seguir luchando por sus metas.
El actual campeón panamericano de contrarreloj, quien además se defiende en el terreno plano y de montaña, agrega que, en gran medida, logró salir adelante gracias a su amigo Egan Bernal, el vigente campeón del Tour de Francia que siempre estuvo presente para tenderle la mano.
Dice que en la etapa que se le aproxima quiere aprender y que no se presiona para imponer sus condiciones.
Y ahora se reencuentra con Egan en el Team Ineos, luego de que iniciaran sus carreras en el ciclomontañismo, ¿qué significa esto para usted?
“Me llena mucho de felicidad, es una gran oportunidad de aprender al lado del mejor. Quiero respaldarlo en todo lo que necesite. Él me apoyó en las malas y ahora yo lo quiero hacer en las buenas”.
¿A qué se refiere cuando dice que lo apoyó en las malas?
“Nunca me dejó solo cuando necesité de alguien. Al mencionar esos momentos de crisis me refiero a las lesiones (rodilla izquierda, dos meses de para, y una pubalgia crónica, medio año, que me impedían tener un buen nivel competitivo. Sentía impotencia al verme tan enfermo y porque las cosas, en Europa, no se me daban; pensé en retirarme porque en ese instante la vida me mostraba señales de que yo no podía ser parte del ciclismo. De hecho, empecé a buscar para dedicarme a algo diferente”.
¿Y Egan que le decía?
“Lo que más recuerdo es que me insistía que no me entregara, que aún tenía mucho por dar y demostrar. Creo que todo lo que me sucedió sirvió para crecer no solo como deportista, también como persona, pues me tomé esos malos momentos como aprendizajes, para entender que hay que saber sortear lo negativo y no rendirse”.
Antes de que Egan llegara al Ineos, conocido como Sky, afirmaba que no solo buscaba aprender, que también, rápidamente, lucharía por ganarse respeto, con resultados, en la escuadra, ¿piensa usted igual?
“Todo tiene que ver en cómo te cuidas, alimentas y piensas. Si haces las cosas bien, eres disciplinado y posees tenacidad, lo que me dices de lograr buenos resultados vendrá por añadidura. Es decir, no me presiono pensando en imponer una jerarquía. Mi objetivo ahora es tratar de hacer lo mejor para sentirme en un buen lugar y que ellos se sientan bien conmigo. Buscó primero empatía, ganar confianza”.
Y hablando de confianza, Colombia fue vital para que usted se volviera a tomar un nuevo aire...
“Total, uno siempre quiere volver en otras circunstancias a Europa. Por eso el regreso a Colombia lo tomé como la última oportunidad en el ciclismo, pues si no salían las cosas bien me iba a retirar. Quería recuperar la confianza que me caracterizaba en el ciclomontañismo, sentirme un campeón en la bicicleta, ser el mejor en todo lo que hiciera, sacar mi mejor versión y demostrarme que si había retornado al país era por algo, y ese reto lo asumí con responsabilidad”.
Y se dio cuenta que estaba para cosas grandes...
“Sí, pero también gracias a valores agregados porque me encontré con aspectos que no tenía antes en Europa, como un equipo continental como el GW Shimano que trabaja de forma organizada. Encontré una familia que me ayudó a esforzarme mejor y hacer la labor con más ganas”.
¿Da mayor motivación estar en un equipo con tres colombianos más, pues además compartirá con Sebastián Henao e Iván Sosa?
“Por supuesto, y además porque hay otras personas de renombre que merecen respeto, como ciclistas y dirigentes. Cada uno tiene algo por enseñar. Estoy abierto a conocerlos y disfrutar de este proceso” n