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La movilidad no es un factor solo para el asfalto y la tierra. También en el agua es factible el uso de una amplia variedad de vehículos, que se adaptan de acuerdo a las necesidades de cada usuario.
Especialmente en el entorno de la navegación recreativa o deportiva, son varias las opciones que se pueden presentar y que de acuerdo a los gustos, o las formas de uso que cada persona desarrolle, se adaptan a diversas situaciones.
Nicolás Olarte, director de ventas internacionales de Eduardoño, plantea que las actividades acuáticas y el uso de vehículos en este entorno es creciente.
“La sensación liberadora de andar en un bote sin rumbo fijo para pasar momentos de diversión con familia y amigos o pescar (catch and release) es el principal atractivo del mundo náutico”, afirma el directivo.
Desde actividades como la pesca, la puesta en práctica de deportes como el esquí, el wakeboard, o simplemente pasar un momento de tranquilidad y charla animada con familiares y amigos mientras las olas golpean el casco de una nave, son momentos y usos que las embarcaciones pueden tener, y para cada uno de ellos existe un tipo de vehículo determinado.
Una ventaja es la cantidad de espacios que en Colombia pueden disfrutarse con las embarcaciones. Desde las costas del Caribe y el Pacífico, hasta los lagos naturales o los artificiales formados por los desarrollos hidroeléctricos, los ríos, algunos caudalosos y otros más tranquilos, que permiten que diferentes embarcaciones puedan navegar en estas superficies.