Un llamado a las autoridades para que cierren la "llave abierta" que representa la creciente migración rural a los centros urbanos, fue formulado en el foro de la Red de Ciudades Cómo Vamos, realizado ayer en EL COLOMBIANO.
La reflexión fue planteada por el decano de Ciencias Económicas de la U. de A., Mauricio Alviar Ramírez, quien expuso que en 200 años de Independencia, apenas en los últimos 20 se empezó a pensar en una relación armónica con el territorio.
Está bien diseñar una política de ciudad para la ciudad, sostuvo, pero evidenció que es débil el aspecto urbanidad-ruralidad, lo cual es un determinante de la inviabilidad de nuestras ciudades.
Puso como ejemplo que Bogotá tiene un plan de expansión de 250 mil viviendas, que significan otro millón de personas para la capital, mientras que Medellín ofrece otro atractivo con 15 mil nuevas unidades.
Alviar Martínez, quien ofició de comentarista al panel de los grandes retos ambientales y la manera de abordarlos en las ciudades de Bogotá, Medellín y Bucaramanga, sostuvo que además de garantizar servicios, alimentación o movilidad, las autoridades tienen que generar incentivos al campo para frenar la migración.
Antes, el secretario de Medio Ambiente de Bogotá, Juan Antonio Nieto, desvirtuó mitos como que la capital no es una ciudad sostenible o que es una de las más contaminadas de América.
Tras escuchar los retos en la sostenibilidad urbana abocados por las autoridades ambientales de Barranquilla y Cartagena, el comentarista Rafael Colmenares Faccini, especialista en ciencias socioeconómicas y derecho ambiental, expresó que, a pesar de los esfuerzos, las realizaciones están muy por debajo de los retos y problemas.
El director del Departamento Técnico-administrativo de Medio Ambiente de Barranquilla, Hughes Lacouture; y la directora del Establecimiento Público Ambiental de Cartagena, Luz María Lenis, expusieron las tareas que adelantan con escasez de recursos. Con más maniobra el primero, cuya municipalidad adelanta una estación depuradora por 18 mil millones de pesos, que oxigena 800 de los 4.000 litros por segundo de aguas residuales que genera Barranquilla. "Uno ve el ordenamiento territorial abandonado, hay que preguntarse qué tipo de desarrollo económico se impulsa en esas ciudades y si es compatible con la calidad de vida", dijo.
Según el experto, estamos frente a una crisis urbano-ambiental muy grave. La razón es que "construimos un modelo de ciudad ambiental y ecológico que sólo puede resolver los problemas con mucho dinero y no lo hay".
Las inundaciones de sectores ribereños de Sucre, Córdoba y el sur de Bolívar, subrayó, generan expulsión de gran cantidad de personas que se refugian en aquellas urbes costeras. "Eso no se resuelve con espolones y murallas, hay que rediseñar esas ciudades", advirtió.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4