Lo que menos le gusta es que se le paren a un lado o le hablen cuando está frente a un tablero de ajedrez. Su concentración es máxima. Seriedad total.
Pero terminada una partida, no falta la recocha, su estado de ánimo cambia y se transforma. Parecería que ver esos cuadros blancos y negros, lo convirtieran en otra persona.
Por algo su padre, Jorge Eduardo, dice que "es un niño, pero jugando parece un adulto".
Así describen al nuevo campeón mundial sub-7 años, Jorian Jared Acosta, su padre y el entrenador Carlos Guillermo Rey, quienes serán los primeros en la fila de espera, mañana cuando lleguen él y su madre Marisol Cubides al aeropuerto de Bogotá y el domingo encabezarán la caravana por las principales calles de Villavicencio.
Nacido hace siete años en la capital del Meta, juega desde los cuatro, gracias a que su mamá le enseñó a mover las piezas. Después no hubo quien lo detuviera en el aprendizaje y sus progresos son acelerados.
Por eso su entrenador, quien desde hace unos tres años lo maneja en el Club Ray Dama Club, no duda en manifestar que de seguir así, a los 11 años se tendrá en Colombia un Gran Maestro Internacional. De conseguirlo, sería el primero en la historia de Colombia, a esa edad.
"Le veo un porvenir muy grande. Si logra tener el apoyo económico suficiente tanto del Gobierno como de la empresa privada, muy pronto tendremos un ajedrecista de norma muy alta en nuestro país. Eso no hay que dudarlo", ratifica quien considera que su club es una cantera de campeones.
Y agrega, Guillermo Rey, que Jorian es de "juego sólido y firme en los remates y por eso a su edad ha ganado todos los títulos en Colombia de su categoría".
Fuera del ajedrez, lo seducen la natación y el baloncesto, pero como todo niño de su edad, jugar carros también hace parte de su vida diaria.
En el Colegio Cooperativo es el número uno, todos los profesores hablan bien por su excelente conducta. "Es el mejor en clase, muy colaborador, dicen los profesores; bastante educado y preocupado de sus libros", cuenta un orgulloso padre de quien cursa segundo año de primaria y practica seis horas diarias el ajedrez.
Según Jorge Eduardo, por la mañana es teoría, libros y ejercicios y por la tarde puras partidas. "Con todo el que se le aparezca juega. Especialmente con mayores. Por eso su gran nivel. En Bogotá jugó un Grand Prix y quedó campeón en la categoría sub-10. Pienso que es un ajedrecista aventajado".
Y así no "bote un sonrisa jugando ajedrez", como dice su padre, Colombia tiene un campeón mundial.
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