La cifra por sí sola es vergonzosa: en 2008, 334.000 niños fueron abusados sexualmente por los adultos en sus hogares, en el país.
No hay derecho a que los menores no puedan estar seguros ni puedan sentirse a salvo en sus propias casas y viviendo con sus familias.
Esta realidad, que dio a conocer en el Congreso Nacional la directora de la Fundación Niños por un Nuevo Planeta, Paola Franceschi, da cuenta de una sociedad enferma. El Estado y la sociedad deben plantear soluciones que incluyan políticas de educación, culturales, de salud pública y económicas, que permitan una convivencia armónica en los hogares.
Incluso de construcción de viviendas dignas, que eviten el hacinamiento.
Lo cierto es que una sociedad en la que los niños no reciban más cuidado, nos pone ante un futuro sombrío.
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