Asegura Etienne Cakpo Cbokou, director de Gansango, que sus bailarines tienen el poder de la sanación. "Quien los ve, se lleva algo de ellos para la casa", dice este hombre espiritual, originario de la república de Benin, una nación de Africa occidental dos veces más grande que Antioquia y donde se hablan 51 idiomas.
Lo que muestra esta compañía de baile con sede en Seattle (E.U.) son tradiciones ancestrales, formas de comunicación, el reflejo de una rica cultura que se ha expandido al resto del mundo, a Brasil, a Colombia.
Antes de venir a Medellín estuvieron en Quibdó y allí Etienne se sintió como en casa al escuchar los tambores, los trombones y las trompetas. Donde además "la gente no tiene mucha plata pero son superfelices", al igual que en Bahía, Brasil, donde lloró de la emoción al reencontrarse también con sus raíces.
El espectáculo de Gansango habla de Oxun, la diosa de la belleza y la sensualidad. Se refiere a la unión de las razas y promulga un mensaje de paz "porque cuando peleamos no encontramos soluciones", dice Etienne.
Mensajes en forma de gritos, hombros agitados y movimientos sinuosos de cadera.
Percusión que simboliza el ritmo de la vida y el latir del corazón de los individuos.
Por San Fernando Plaza y Eafit ya pasaron y hoy tendrán sus dos últimas presentaciones en Sandiego a las 3:30 p.m. y en el Parque de los Pies Descalzos a las 7:30 p.m.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4