Amelia Toro le da su nombre a una línea de diseño en la que es casi un pleonasmo decir exquisito, femenino, delicado...
Eso fue lo que vimos los asistentes a la pasarela Esika, en el Orquideorama del Jardín Botánico, el martes pasado.
Una cita que ya es tradición en Colombiamoda y en la que la marca de maquillaje señala un compromiso estético con la mujer: no solo quiere ofrecerle productos de belleza para su cuerpo y rostro, también le quiere enseñar cómo la moda y el maquillaje van de la mano para crear un estilo certero y verdadero.
La pasarela de Amelia tuvo el contexto acogedor y novedoso del Orquideorama, donde bailarinas y trapecista presentaron un montaje contemporáneo, como la mujer que prefiere sus prendas.
Entrando en el tema moda, me encantaron las piezas iniciales del desfile: trajes en rojo y negro (los colores de Esika, explicó emocionado el presidente Juan Carlos Saldarriaga), especialmente el overol en rojo intenso, que la modelo lució sin camisa para que obtuviera mayor protagonismo.
Igual, los trajes tipo esmoquin (foto derecha), que se me antojaron un homenaje sentido al fallecido Yves Saint Laurent, se vieron preciosos sobre la creativa pasarela, que repetía las formas hexagonales del Orquideorama.
Vimos 90 prendas en 42 salidas, en las que tal vez estuvieron de más los trajes similares en diferentes colores y los leggins. Y en las que se llevan mis aplausos todos, todos los zapatos.
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