Hace un mes Ian McEwan estuvo en Colombia y desde entonces he tratado de comentar algunas cosas de su novela " Amsterdam ". Ahora, cuando por fin quiero compartir impresiones de este libro partiendo de las relaciones que tienen dos temas disímiles como lo son la literatura y el golf; o mejor, la infidelidad y el cubrimiento de medios, me perdonarán los lectores si los ahuyento o al contrario les estimulo la curiosidad.
Para empezar los pongo en contexto. De un lado " Amsterdam " empieza cuando Molly se muere y sus amantes y su esposo la acompañan al crematorio. De otro lado, la historia comienza cuando al golfista Tiger Woods se le complica la vida al descubrirse que a falta de una amante tenía dos, tres, seis?
Desde el primer instante uno sabe que " Amsterdam " será una historia de perdedores, porque al fin y al cabo lo único encantador de sus vidas acaba de morir y cada uno de ellos se ha quedado solo, sin el pedazo del premio que alguna vez compartieron. En el caso del número uno del golf, y en la medida que sus amantes declaran que tuvieron alguna relación con él, su vida profesional, no por falta de talento, sino por inestabilidad emocional, se va a pique.
Pero la verdad no quiero quedarme haciendo este tipo de comparativos que ahora me doy cuenta podrían ser muchos más. A cambio de eso quiero concentrarme en algo particular: la forma como este asunto privado sobrepasó los intereses públicos y nos desbordó informativamente.
Resulta que en la novela de McEwan uno de los amantes de Molly se llama Vernon Halliday, director de un diario decadente que se llama El Juez. Un día George Lane, esposo de Molly, le ofrece unas fotografías donde aparece Julian Garmony, candidato a primer ministro y amante de Molly, vestido de travesti.
El director de El Juez no deja pasar esta oportunidad y compra las fotografías. Vernon cree que así podrá salvar su diario y de paso arruinar la vida de un hombre que él considera hipócrita. Cuando las fotografías salen a la luz y ante una declaración de la esposa de Garmony que dice: "El amor es más fuerte que el resentimiento", la balanza favorece al desprestigiado. Es entonces cuando un editorial serio de otro diario afirma: "Ahora vivimos en un tiempo más razonable, más compasivo y tolerante, en el que las preferencias íntimas e inocuas de los individuos, por públicos que éstos puedan ser, no deben trascender nunca el ámbito privado".
Y es aquí entonces cuando encuentro la relación entre la novela y el novelón. En el caso de Woods, hasta donde yo sé, ningún medio compró el show para desprestigiar a un hombre querido, simplemente dimensionaron el morbo que podría despertarse en sus audiencias al mostrar una faceta desconocida del golfista y confundieron la información pública con la privada, la información útil con la inútil y le dieron a la audiencia cosas que en realidad no necesitaba. De nuevo los medios nos equivocamos construyendo espectáculos mediáticos, despilfarrando tinta y tiempo contando algo que, de verdad, carece de toda importancia así involucre a un famoso. ¿O de qué sirvió hacerle seguimiento a esto, escuchar disculpas en directo, enterarnos de que podría irse con su esposa de luna de miel?? Simplemente nos hizo más pobres mediáticamente.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4