El voto de Antioquia es conservador, no necesariamente de ese partido. Y apunta a que los candidatos representen la tradición de ser católicos. La tendencia toma un aire distinto cuando aparece el valor de la educación como complemento a ese perfil conservador. Esa, es la sentencia de los analistas.
Son más de seis millones de antioqueños, y claro, tan plurales como los colores de su piel son las tendencias políticas que cada uno predica. Pero por quién vota el nacido o residente de este departamento es una historia un tanto distinta.
Si se toman los últimos años, desde el 98, en Antioquia ganan los candidatos considerados por los analistas de derecha. Andrés Pastrana y Noemí Sanín en su momento lograron 906.076 votos.
Y ni decir del apoyo al expresidente Álvaro Uribe en 2002, cuando el departamento le dio 933.161 votos; y que luego no solo repitió el apoyo sino que lo aumentó en 2006 cuando sumó 1.108.085 votos.
En 2010 también pasó lo mismo con Juan Manuel Santos, que si bien hoy está soportado en partidos de corte liberal, durante las pasadas elecciones su base era uribista, de ahí que haya salido victorioso en el departamento y se llevara la no despreciable tajada de 860.424 votos.
Claro, también ha habido votos para otros candidatos más de centro y de izquierda. Antanas Mockus, Horacio Serpa y el antioqueño Carlos Gaviria lograron importantes votaciones por estas tierras montañosas. Pero el espectro político que han preferido en el departamento es más distante de esas tendencias.
No en vano es que hoy, cuando faltan solo siete días para el primer colador presidencial, repunta el candidato del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, no solo en el país, como lo mostró la sexta versión de La Gran Encuesta de los Medios hecha por Gallup, sino también en la región (Antioquia - Cafetera), en la que logró un apoyo del 34,1 por ciento entre los encuestados que tienen intención de votar. Frente a un 25,6 por ciento del presidente Santos.
Cuestión cultural
Para los analistas es clara la preferencia política que se tiene en el departamento por la ideología conservadora, por los principios católicos y por la familia. Pero, de nuevo, esas características no aplican para todos los antioqueños por igual, sino que entre los que votan se percibe esa tendencia.
"Estamos todavía entre la tradición de una cultura católica, conservadora y familiar. Se trata de criterios que de un modo u otro influyen en que las personas tengan una determinada ideología política. Y que esta tienda hacia el conservadurismo", indicó José Olimpo Suárez, director de la maestría en Estudios Políticos de la UPB.
Ahora, de acuerdo con la subregión, la preferencia cambia si no radicalmente, sí de forma importante. Así lo señaló el analista Diego Corrales. "Regiones como el Valle de Aburrá, el Occidente, Suroeste, Oriente y Norte, son por tradición conservadoras. En parte, esto se relaciona con los asuntos geográficos. Se trata de tierras montañosas, muy conectadas con una tradición alrededor de la familia, de la iglesia".
Por su parte, zonas que son un poco más calientes y tienen otras coyunturas, como Urabá, una parte del Magdalena Medio y el Nordeste, "son mucho más de tendencia liberal a la hora de salir a votar", agregó el analista.
Y desde los puntos de referencia políticos en Antioquia es que se explica un fenómeno político como el de Álvaro Uribe, que si bien se forma en el Partido Liberal, rápido migra hacia unas creencias bastante conservadoras.
Ahora, hay otro fenómeno personalista que ha surgido también de este departamento y que, si bien los analistas son cautos al mostrarlo como un cambio de paradigma, sí se trata de un fenómeno particular.
Se trata del gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, que hoy hace parte de la Alianza Verde y quien, a pesar de ser de una tendencia más de centro logró 925.956 votos, en 2011.
Según Corrales, el caso Fajardo responde a otro valor que encarna la cultura antioqueña: la educación, que "se ve como una forma de salir adelante, de evolucionar".
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