En el Laboratorio del Movimiento, la ingeniera biomédica María Luisa Toro muestra cómo se mide la marcha de una persona para analizar los ángulos de las articulaciones al caminar. Es un trabajo para atender a personas con discapacidad física.
En otra área, el biólogo Gabriel Parra, en el Laboratorio de Entomología del Instituto Colombiano de Medicina Tropical, estudia la ecología de vectores transmisores de enfermedades como la malaria, el dengue, el mal de Chagas y otras.
La sede del CES en Sabaneta es un centro de rehabilitación integral, IPS en la que se congregan diferentes servicios médicos y sociales, explica Juan David Correa Hoyos, director Administrativo y Financiero de esta universidad.
Las instalaciones de lo que hasta finales de los 80 fue la finca El Dourdan de las hermanas Dominicas de La Presentación fueron remodeladas. Allí, casi en la intersección de Envigado y Sabaneta, funcionaba en 1982 un servicio médico con 15 consultorios y 77 sillas odontológicas, oferta que poco a poco se ha ampliado, para brindar, por ejemplo desde hace años atención dermatológica.
Ampliaciones
Con una inversión de 8.000 millones de pesos, 1.500 millones en equipos, se remodeló un área de 2.518 metros cuadrados y se construyeron 4.727.
No sólo se ofrece atención en aquellas disciplinas, sino en Psicología y desde finales de agosto se abrirá el área de rehabilitación física.
Es la integración de estudiantes de pre y post grado, docentes y pacientes.
Funciona el Instituto de Medicina con investigación y servicios de diagnóstico en enfermedades tropicales, revela la médica e investigadora Nora Cardona. Es centro de referencia en este campo.
No todo termina allí. Dispone de un laboratorio veterinario para el estudio de zoonosis como la brucelosis, leptospirosis, salmonelosis y la rabia.
A su servicio tiene la planta de producción de reactivos de diagnóstico microbiológico, que se venden en todo el país, dice su directora técnica, María Isabel Montoya. Es la única adscrita a un centro de investigación reconocida por el Invima.
El personal
No todo es nuevo. Pero sí hay mucho más espacio, como el que disponen las 89 sillas odontológicas y el área para procedimientos.
Hay, además una novedad: la Clínica del Bebé para atender a la madre y al bebé desde antes de nacer. No sólo con educación para la higiene oral, sino con una acción preventiva durante los primeros meses y años.
Los estudiantes de pregrado se distinguen por un color en el uniforme, los de postgrado por otro. Los docentes usan uno distinto. Tonos de azul que se ven en todo momento en sus puestos o de un lado para otro.
Correa Hoyos indica que entre docentes y empleados trabajan unas 200 personas.
Con la ampliación se podrá atender más de 300 pacientes a la vez.
Mucho trabajo para médicos, odontólogos, psicólogos e ingenieros. Y capacitación exuberante para los estudiantes.
Y esa es la idea.
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