El Partido de la U, que nació hace apenas dos años para respaldar en el Congreso la gestión del Presidente, atraviesa por su más profunda crisis interna.
A los problemas económicos que aún afectan a la colectividad, las disidencias internas, la ausencia de liderazgo y la suerte jurídica de su anterior presidente Carlos García Orjuela, paradójicamente se sumó el malestar que causó su proyecto bandera: el referendo reeleccionista.
La situación llegó a tal punto que su secretario General, Luis Guillermo Giraldo Hurtado, tuvo que renunciar para asumir personalmente la responsabilidad por las imprecisiones del referendo.
Eso, a pesar de que la Dirección Nacional lo autorizó a comienzos de año para que promoviera el proceso de recolección de firmas y la conformación de un organismo promotor del referendo.
El senador Luis Élmer Arenas reconoce que fue un error haber delegado en Giraldo Hurtado toda la responsabilidad de la organización del referendo.
"Claro, a él le correspondía (esa responsabilidad) porque es el administrativo del partido y es quien tiene que mirar las finanzas y manejar los procesos de participación ciudadana a nombre de nuestra colectividad. Se le aceptó la renuncia porque las cosas no fueron claras y el partido no tiene por qué pagar los platos rotos", explica el congresista.
Incluso la senadora Martha Lucía Ramírez, que forma parte de los 'disidentes' junto con Gina Parody, Armando Benedetti y Nicolás Uribe, sostiene que la doble labor de Giraldo "no permitió que el partido se haya organizado".
"Todo (en La U) está al garete porque el Secretario General en vez de estar cumpliendo con sus funciones en el partido se dedicó a atender las cuentas del manejo del referendo".
Además los senadores Arenas y Ramírez reconocen que la U atraviesa una delicada situación económica.
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