Decir que el buque escuela Gloria es uno de los más reconocidos embajadores del país no es una exageración. A cada puerto al que han llegado en sus 73 cruceros de entrenamiento, sus tripulantes llevan un pedacito de Patria representado en un dulce, una gaseosa o unos acordes de música que comparten con los colombianos que hace años están fuera de su hogar.
El que emprendieron el viernes será el quinto crucero de entrenamiento más largo del Gloria, pues los 152 cadetes navales (que viajarán en dos fases) navegarán 23.809 millas náuticas en 218 días.
La primera parada, según su comandante, el capitán de Navío Miguel Angel Cifuentes, será Honolulu, en Hawai (E.U.) y para llegar allí serán necesarios 32 días de navegación.
Se estima que hasta la llegada a ese puerto alcancen las cuatro toneladas de carne y pescado que llevan en los cuartos fríos, porque los granos como el arroz y las lentejas deben alcanzar para toda la travesía. Las verduras (víveres frescos) y los "mecatos" como las infaltables papitas fritas se comprarán conforme vayan escaseando.
Por agua potable no hay problema porque llevan plantas potabilizadoras y el combustible se gasta dependiendo de si navegan a vela o por propulsión a motor.
Emblemas nacionales
A su llegada a puerto, el Gloria queda a disposición del embajador o el cónsul colombiano que coordina actividades con las autoridades del país que los acoge y con las colonias.
Estas actividades protocolarias son intensas y se pueden extender por dos o tres días, lo que les deja poco tiempo para "conocer". Este año, una de las expectativas más grandes está en Bangkok (Tailandia) un sitio al que, difícilmente, el capitán de Navío Cifuentes o cualquiera de los cadetes (cuyas edades escasamente superan los 20 años) podrán visitar algún día en plan de vacaciones.
La otra ilusión es el contacto con las colonias. "La gente se alegra al compartir en tierras lejanas con personas que tienen sus mismas costumbres. Se ponen felices cuando les brindamos una Colombiana o un Bon Bon Bum. (...) Se crean lazos de amistad que se fortalecen con los años".
En las bodegas también van 500 sombreros vueltiaos, algunos de los cuales se venderán y otros se van a regalar a los altos mandos militares en los 12 puertos a los que llegarán. El trabajo de los artesanos de Tuchín (Córdoba) servirá para ratificar en Asia la importancia de este emblema de Colombia.
Pico y Placa Medellín
viernes
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