Uribe sigue siendo la primera opción en cuanto a candidaturas presidenciales. Cuenta con las mayorías, sus seguidores lo respaldamos día y noche, pero ante la sórdida y poco honesta oposición (calumnian a toda hora, para que algo quede), es bueno ventilar diferentes candidaturas, las factibles y las utópicas. Así también hay que resaltar que tanto la izquierda, como el centro y la derecha viven una guerra de desprestigio de los unos y los otros. Son muchos los aspirantes y hay quienes se sienten satisfechos con solo figurar en la lista de presidenciables.
Los partidos tradicionales desean embarcarse en campañas solitarias, olvidando los resultados electorales de los últimos comicios presidenciales: Uribe, 7'363.421 (todos los grupos que lo apoyaron). Carlos Gaviria, 2'609.412. Serpa, 1'401.175. Rafael Pardo, 526.298. Rodrigo Rivera, 500.020. O sea que ningún grupo salió bien librado en esas elecciones. Siento lo del DNL, otrora el mayor elector del país. Hoy, el ex presidente Gaviria le propone un exabrupto a su colectividad: unirse al Polo en busca de un candidato único.
En un análisis somero, por el lado conservador, aunque en las últimas elecciones ascendió en cuanto curules y alcaldías, no veo posibilidades reales de salir adelante con un candidato propio, algo loable, pero poco factible. Andrés Pastrana, amante de los viajes y las fiestas; el Caguán fue uno de sus logros, aunque no logró la paz, desnudó a las Farc. Carlos Holguín y Juan Camilo Restrepo (el doctor No), son inteligentes y cuentan con experiencia, pero tienen poco arrastre nacional, el segundo ya fue candidato y no logró mayor votación. Luis Alberto Moreno, presidente del BID, sería un magnífico candidato, idóneo, bien relacionado en el mundo político internacional, alejado de las maquinarias partidistas. Noemí Sanín, capaz, con experiencia y buena recordación, bien posicionada en las encuestas, lleva varios años por fuera del país y hoy no cuenta con cuadros políticos activos.
En el campo liberal figuran: el ex presidente Gaviria, dispuesto a cualquier gavilla contra Uribe, dedicado a desprestigiarlo, belicoso e impulsivo, ha hecho que se revivan las fallas de su administración como la Catedral o lo de los Pepes. Sin poder real frente a los grupos extremistas de su equipo, como Piedad y compañía. Juan Manuel Santos, uribista de origen liberal, un estadista, sería excelente sucesor de Uribe, tiene experiencia en diferentes áreas, ha sido ministro en tres carteras con resultados positivos en cada sector. Rodrigo Rivera, cara nueva, equilibrado pero recién aterrizado al país, no creo que le marchen las huestes extremistas de la DNL. Rafael Pardo, muestra un largo historial de apoyos a distintos gobiernos y sólo obtuvo 526.298 en las pasadas elecciones. Vargas Lleras, capaz pero dicen que arrogante, definido en unos campos, ambiguo en otros, no ha ocupado ningún ministerio. Alfonso Gómez, salpicado en el proceso 8.000 y del círculo de Piedad, amiga de Chávez, mencionada en el computador de Reyes, quita más votos que ponerlos.
El Polo está muy fragmentado. Carlos Gaviria, buena votación en el 2006, exagerado en sus juicios, se dice que es del ala marxista. Sergio Fajardo, inteligente, con buena recordación en Medellín, le falta experiencia nacional y definir su pertenencia política. Luis Eduardo Garzón, aspira a ser como Lula en Brasil, alejado de los extremos, en Bogotá la gente está muy dividida sobre su gestión. María Emma, inteligente, bonita y con excelentes relaciones, es trashumante en la política.
En fin, si Uribe no se lanza, veo como posibles sucesores a Juan Manuel Santos, Noemí Sanín, Luis Alberto Moreno y por el Polo, a Luis Eduardo Garzón. Eso sí, supongo que quienes sean escogidos tendrán coaliciones que los respalden.
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