Juan Esteban y José Gabriel Rodríguez, a sus seis y nueve años, han vivido metidos entre motores, gracias a que su papá, José Gabriel, es un consumado kartista en Bogotá.
Los dos le madrugaron al día de la Carrera de Las Estrellas y bien temprano cada uno se dedicó a revisar su coche y ver como hacían los últimos retoques sus técnicos.
Ambos pedían que el agua se fuera. A eso de las 9:00 a.m. una leve llovizna le daba la bienvenida a los participantes. Pero fue solo una amenaza, porque luego apareció el “mono”, que permitió darle inicio a la Carrera de Las Estrellas a eso de las 10:00 a.m.
En los pits, ubicados alrededor de Plaza Mayor y EPM, rugieron fuerte los motores y se hizo intenso el olor a gasolina. Una anunciadora dejó escuchar a “pregrilla los baby” y poco a poco los motores se fueron encendiendo para darle comienzo al gran espectáculo.
“Esto ni siquiera lo vivimos en Bogotá”, dijo José Gabriel (papá), al ver pasar pilotos y pilotos. Más de 150 reunidos en un solo acto y al lado de grandes figuras, que desde luego fueron la atracción para esos pequeños que apenas se iniciaban.
El sitio, en el cual se leían los nombres de Juan Pablo Montoya, Kurt Busch, Helio Castroneves, Joey Logano, Carlos Muñoz, Gustavo Yacamán, Sebastián Saavedra, Manuela Vásquez, Julián_Leal y Gabby Chaves, fue el más visitado. Era lo obvio.
Fotos fueron y vinieron, porque nadie quería perderse la oportunidad de hacer la foto de su historia, con quienes difícilmente se ven en el país, porque gran parte del tiempo están en el exterior. Además, este año, estuvieron sonando fuerte en campeonatos como Indy Ligths, IndyCar, Nascar y Grand Am.
Entre los que más posaban y eran requeridos por pilotos y eficionados, estaban Manuela Vásquez y el estadounidense Joey Logano.
“Fantástico” fue la primera expresión de Logano, cuando se le preguntó sobre el evento, aprovechando tener al lado un traductor.
“Todo es muy nuevo para mí, el idioma, el país y la ciudad, nunca antes había venido a Colombia”, dijo el piloto de la Nascar.
Sobre su presencia confirmó que todo se debe “a mi amistad con Connie y Juan Pablo y que me gusta esta clase de obras. Muy bueno ayudarle a los niños”.
Bajo la misma carpa estaba Carlos Muñoz, el único piloto, de los que viene pidiendo pista, que ya está fijo en la IndyCar.
“Nunca antes había corrido en Medellín. He visitado la ciudad pero en diferentes actos de promoción con las empresas que me patrocinan. Pero lo de hoy (ayer), es una gran novedad para mí”.
Para Muñoz, “difícil reunir en un solo evento a pilotos tan importantes. Claro que el fin lo amerita, porque es la posibilidad de colaborar con niños de escasos recursos. Eso nos llena mucho”.
De la carrera tenía claro que “vengo a disfrutar, haciendo lo que me gusta, que es estar sobre un carro y rodeado de la gente que vive el ambiente del automovilismo. Es una carrera para que los aficionados puedan tener cerca a quienes pasamos más tiempo en el exterior que acá”.
Su paso a IndyCar lo tiene muy motivado: “espero realizar una buena campaña con el equipo Andretti y lo importante es que doy un paso muy grande en mi carrera deportiva”.
Se lamentó de no haber podiso ganar la Indy Ligths “pero fueron problemas con el carro que no me permitieron tener el rendimiento que esperaba y que me llevaron a no terminar en dos carreras, lo que prácticamente determinó que no pudiera pelear el título”.
Y mientras se escuchan los anuncios de no pasar la calle, ubicarse en las tribunas, los padres de familia no acompañar sus hijos a la grilla solo los ayudantes, cámaras van y vienen, buscando a las grandes estrellas.
“Muy vacano lo que salió hoy”, se le escucha a Juan david González, uno de los jefes de prensa del evento y a eso de las 12:00 m. el anuncio de “a pregrilla los de la carrera de las Estrellas”. Llegaba el momento más esperado, ver en acción a las estrellas del automovilismo.
Y en la pista pareció verse el duelo que desde ahora se anuncia en la IndyCar, Helio Castroneves-Juan Pablo Montoya. Los dos se encargaron de hacer vibrar las tribunas con sus arriesgados sobrepasos en una de las chicanas después de la recta localizada al frente del edificio de EPM.
Fueron doce horas, entre agua y sol. Pero ante todo, un espectáculo inigualable y sin precedentes el que se vivió en Medellín, por eso la frase de despedida de todos los pilotos fue “que se repita”. Ojalá en un verdadero escenario para los deportes de motor.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4