Caterine Ibargüen mostró su mejor rostro en las instalaciones de El Colombiano, a donde llegó esta mañana para cumplir una vieja cita con los empleados de esta casa editorial. "Aquí estoy", dijo solo al ingresar en traje de calle, jean, camiseta blanca con una raya fucsia horizontal, tenis rojos.
Los aplausos no se hicieron esperar. Nadie preguntó quién era el personaje que ingresaba. Solo se escucharon las palmas para la ganadora de la Liga de Diamante y medallista olímpica del salto triple. "Bueno, y qué vamos a hacer", preguntó mientras saludaba a quien se le cruzaba en el camino para felicitarla.
Entonces aparecieron, como por arte de magia, las cámaras, los teléfonos inteligentes y demás aparatos de bolsillo, para buscar la foto histórica con la campeona y Mejor Deportista Mujer del año.
No hubo caos, pero sí mucha gente alrededor de ella y sus acompañantes, Julio Roberto Gómez, dirigente de la Federación Colombiana de Fútbol; y Alexander Ramos, novio de la atleta.
"Aún no me imagino el aprecio de la gente; gracias a todos", señaló mientras reía y hasta le reclamaba Alexánder por dejarla sola tomándose fotos y firmando autógrafos.
Hasta tiempo sacó para hacer una carta a Miguel, un niño de colegio que en la mañana le había pedido a su mamá, empleada de El Colombiano, que le ayudara con una tarea sobre un deportista famoso de Colombia. "Para ser grande hay que tener disciplina" estampó Caterine en la hoja de papel. Fue una casualidad increíble dijo la emocionada madre. "Espero te vaya muy bien en el trabajo que realizas sobre mi. Lucha siempre por lo que quieres", le refrendó en una hoja de cuaderno.
Caterine fue felicitada por la directora del diario, Martha Ortiz, quien le expresó su reconocimiento por la magnífica campaña que ha cumplido a lo largo de los últimos años. "Es usted un ejemplo para todos", le dijo, mientras charlaban sobre su carrera, su estadía en Puerto Rico y lo que viene en el atletismo.
"La gente de la prensa siempre me ha tratado bien, yo agradezco todos estos gestos; los aprecio mucho", contestó Ibargüen a una pregunta relacionada con el tratamiento que ella siente de los medios.
Durante la hora y media que estuvo en la redacción de este diario, la negra grande de Colombia, siempre mostró su lado más sensible, se río, se tomó fotos, respondió preguntas, y señaló que su año ha sido un regalo de la vida.
Y en lo que atañe a su carrera, manifestó que tiene muchos retos, que este año quiso cumplir otros, pero que con lo logrado está contenta.
"Ahora solo quiero saludar y estar con la gente que me apoyó desde siempre, estar un rato con ellos, con Apartadó. Luego si vendrá el momento de estar con mi familia, descansar, hacer otras cosas”. Y justo así se fue, ansiando estar este viernes en Apartadó, donde se le prepara un recibimiento de heroína, como cuando trajo la medalla olímpica un año atrás.